21 de mayo de 2025

Una entrevista y cuatro poemas de Mónica Rosenblum

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Los fines de semana Narrativa Política se toma un descanso para ocuparse de la literatura y el arte. Para eso nos proponemos que la poesía, la pintura, la música y la prosa desplacen a las noticias, la política y su análisis. Un espacio para que la creatividad artística haga su tarea de darnos más y mejores instrumentos para pensar y comprender la realidad que vivimos día a día.

Por Daniel Gray

Mónica es alegre. Es de esas personas que saben llevar sus tragedias familiares y personales en una mochila liviana. Y que no pierde la oportunidad de ser solidaria y de sonreír y de hablar bien de las otras personas. Pero todo esto desaparece en su poesía. Sus versos avanzan lentamente, con amabilidad y cortesía, palabra a palabra, y van construyendo un mundo donde la felicidad no es posible. Así vamos leyendo y avanzamos, pero nos obliga a retroceder en lo leído para tratar de descubrir en qué momento los sonidos comenzaron a ser graves, explosivos, hasta llegar a ese silencio que retumba cuando estamos desgraciadamente solos.

El mito de Caín y Abel es visitado por Mónica para deconstruirlo, fragmentarlo, y volver a armarlo en un cuadro cubista de múltiples perspectivas que lo transforma en algo nuevo, actual, reciente. El mito ya no explica nada, ahora es un relato que duda y se pregunta: ¿por qué se mata a un hermano? ¿O será que el hermano se dejó matar para que haya una historia que contar? Cuando pasa algo tan horrible, cuando sabemos que las respuestas no alcanzan para satisfacer la resolución del misterio, o comprender la causa que lleva al asesinato, la narración se queda huérfana para poder explicar lo que pasó, porque contar los hechos es quedarse afuera, ser espectador.

Para nuestra desgracia, estamos muy adentro de la cultura occidental que tiene en ese asesinato de hermanos a uno de sus mitos fundacionales.

Es en ese punto trágico en donde la palabra poética aparece para expresar lo que sus sentidos cotidianos, y sus combinaciones habituales, no saben decir. Por eso la poesía es lo opuesto a cualquier mecanismo literario, lingüístico, psicológico o social. La palabra poética se reinventa con cada verso y, en ese esfuerzo, puede quedarse sola, desafiante, necesaria, pero también contradictoria y confusa. La palabra poética siempre humaniza y nos rescata de cualquier mecanismo alienante.

Esto permite que la poesía de Mónica sea engañosa: las preguntas pueden ser preguntas, pero también afirmaciones. Las conclusiones pueden efectivamente concluir, pero también obligarnos a buscar el sentido escondido o nos impulsa a avanzar para encadenar la melodía y el viaje poético. Tal vez no se trate de entender nada, sino de vivir la experiencia. Y seguir.

La literatura de Mónica Rosenblum es un elegante desafío. Los invitamos a enfrentarla.

Entrevista a Mónica Rosenblum

Daniel Gray: ¿Cómo fue que llegaste a la poesía? ¿cómo fueron esos primeros momentos de lectura y escritura?

Mónica Rosenblum: Creo que lo que impulsó a escribir, aún sin saberlo en ese momento, fueron las canciones y los poemas que escuchaba y leía en mi adolescencia. Leía a poetas como Rubén Darío, recuerdo las canciones de Paco Ibañez que musicalizaba los poemas de Zelaya. Esa música y esa poesía se me fueron grabando en el pensamiento y la piel. Mis primeros momentos de escritura fueron en la adolescencia, pero eran relatos, narrativa en prosa. Y ya de grande, a los cuarenta y dos años fui a un taller literario que coordinaba Fernando Sanchez Sorondo y él fue el que me dijo “si te aburre dar tanto detalle y lo tuyo es más sintético, probá con la poesía”. Y es lo que hice.

D.G.: ¿Qué poetas te sorprendieron o te maravillaron?

M.R.: Ay, qué poetas me maravillaron. Bueno, me maravillaron Pizarnik, te digo un orden así cualquiera, Pizarnik y Rubén Darío, Lorca en su momento, Miguel Hernández, más tarde Wislawa Szimborska, Bellessi, muchos, Susana Villalba, hay tantos, tantos, bueno, Perlongher, Watanave, Miguel Ángel Bustos. Ya dije Pizarnik ¿no? Susana Thénon, no te puedo decir por qué de cada uno y hay más, un montón más. Montalbetti cuando logra hacer un ensayo sobre la escritura de un poema, o sea un ensayo en verso, me maravilla o interpela, ya sea tanto por lo conceptual, por el contenido y también por sus por sus formas. Tendría que hablar un montón de cada uno, pero en general puedo decir que es porque me despiertan algo que estaba dormido en mí, algo así.

D.G.: ¿Cuáles son los temas que te motivan a escribir? ¿Lo hacés metódicamente o por impulsos?

M.R.: Los temas, no sé, sí te puedo decir que siempre debe tener alguna relación con lo que me está pasando o con lo que me está pasando, con lo que está pasando en el contexto en el que vivo. Y no soy metódica, para nada. Puedo pasar mucho tiempo sin escribir, pero igual, tomo algunas notas y sobre todo es como si hubiera una yo que está escribiendo mucho antes de escribir. Después viene como una musiquita, un ritmo o una frase y ahí cuando tiene que salir eso me vuelvo más metódica

D.G.: En tus dos últimos libros tus poemas son una búsqueda de explicación. Explicar eso que denominás «el mecanismo» y en tu último libro explicar el mito de Caín y Abel. ¿Qué te llevó a estas búsquedas poéticas que tienen un fuerte contenido filosófico y religioso?

M.R.: Yo creo que para mí la poesía es, entre otras cosas, más que una búsqueda de explicación la posibilidad de preguntar. Tal vez sean preguntas retóricas, pero esa apertura es lo que a mí me permite dar vuelta a las cosas o preguntarlas para volver a organizar un poco mejor ese deseo de conocer el mecanismo. O ese procedimiento de preguntarle al mito de Caín y Abel o a Caín y a Abel y al señor de ese relato bíblico. Estaría para pensar si es en el sentido etimológico o filosófico de la palabra “preguntar”. Puede ser que las preguntas busquen una explicación, pero yo no sé si la busco o si me libera el preguntar sobre lo que se supone dado.

D.G.: Dijiste que te afecta lo que pasa en la realidad social. ¿Qué hechos personales y sociales te afectaron en tu vida y en tu creación poética?

M.R.: Bueno, por un lado, dos grandes hechos históricos como son el holocausto y la última dictadura argentina. Mi familia de origen está directamente afectada por ambos sucesos. Otros temas son los vínculos, el amor, el desamor y, justamente, la pregunta por las maravillas como también por lo oscuro.

D.G.: Para terminar, cómo ves el panorama actual de nuestra poesía, la producción, circulación, recitales de poesía, etc.

M.R.: ¿Cómo veo? Creo que hay mucho movimiento, mucha circulación. Creo que de todas maneras sería hermoso que lográramos abrir nuevos canales, nuevos espacios, o que no se repitan las mismas figuras, como pasa en muchos ámbitos y a la vez creo que la poesía está muy pujante. Por la crisis actual, económica y cultural que estamos viviendo está muy difícil subsistir para las editoriales independientes, que es el mundo donde yo me muevo. Pero también pasa que vas a la FED (Feria de Editores) y ves que, espero que este año sea igual, mucha presencia, muchas ganas, mucho deseo. No sabría responder bien a esta pregunta, me parece que hay una movida y que estaría bueno poder generar que sea más abierta para todo tipo de autores.

Poemas de Mónica Rosenblum

Dos poemas de El mecanismo (HD Ediciones, 2021)

querés conocer el mecanismo

el todo

la resta

fe sus partes

la división

-sus altos dividendos-

Saber

si hay algo

que derribe

lo estancado

lo destrabe

una esponja

que absorba

lo maltrecho

lo disuelva

de algún modo

un gesto suelto

o resuelto

decir:

no tengas miedo

con el propio corazón

en ambas manos

y tu parte

qué palabras

dan cuenta

de tu parte

qué actos

gestos

Omisiones

.

querés conocer el mecanismo

la misión

la omisión

en las puertas

y en los puertos

que se cierran

y desechan

a quienes nada

Nadan

¿flojos de papeles?

lo flojo está en la cuerda

en la locura de la cuerda

y lo callado y otorgado

es otra forma de la firma

firmar

convenir

concertar

pactar

negociar

concordar

acordar

acordarte

Dos poemas de La cuestión del Pellejo (Ato Pogo 2016)

Caín dijo a su hermano Abel: “Salgamos al campo”.

Y cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató.

Gn 4:8 Santa Biblia

.

¿así pijama rayado

y medio dormido

te siguió Abel?

.

hay una confianza

un no dudar

cuando alguien cercano

nos dice vení

o vení mirá

y vamos detrás

esperando algo

o nada especial

vamos sin dudar

distraídos tal vez

Pensando en otra cosa

a veces ni siquiera intrigados

vamos porque

nos dijo vení,

y vení alcanza para ir detrás

puede tratarse de algo importante

de algo pequeño

de algo para uno

o para el otro

simplemente vamos

por quien nos convoca

Entonces el Señor preguntó a Caín: “¿Dónde está tu hermano Abel?”.

“No lo sé”, respondió Caín. “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”.

Gn 4:9 Santa Biblia

¿y dónde está

el señor

que pregunta

dónde está?

.

génesis

de la génesis

de la gesta

del gran bonetismo

.

a ver

vamos a buscarlo

un dos tres

todos juntos

con fuerza: s e ñ o r d ó n d e e s t á s

mmm mmm

no responde

otra vez

mmm mmm

no responde

¿no era

que estabas

en todas

(partes)?

y exactamente

exactamente

¿dónde estabas

vos cuando

Caín se abalanzó?

¿y para qué

andás preguntando

por lo que ya

sabés?

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