Una entrevista y cuatro poemas de Mónica Rosenblum

Los fines de semana Narrativa Política se toma un descanso para ocuparse de la literatura y el arte. Para eso nos proponemos que la poesía, la pintura, la música y la prosa desplacen a las noticias, la política y su análisis. Un espacio para que la creatividad artística haga su tarea de darnos más y mejores instrumentos para pensar y comprender la realidad que vivimos día a día.
Por Daniel Gray
Mónica es alegre. Es de esas personas que saben llevar sus tragedias familiares y personales en una mochila liviana. Y que no pierde la oportunidad de ser solidaria y de sonreír y de hablar bien de las otras personas. Pero todo esto desaparece en su poesía. Sus versos avanzan lentamente, con amabilidad y cortesía, palabra a palabra, y van construyendo un mundo donde la felicidad no es posible. Así vamos leyendo y avanzamos, pero nos obliga a retroceder en lo leído para tratar de descubrir en qué momento los sonidos comenzaron a ser graves, explosivos, hasta llegar a ese silencio que retumba cuando estamos desgraciadamente solos.
El mito de Caín y Abel es visitado por Mónica para deconstruirlo, fragmentarlo, y volver a armarlo en un cuadro cubista de múltiples perspectivas que lo transforma en algo nuevo, actual, reciente. El mito ya no explica nada, ahora es un relato que duda y se pregunta: ¿por qué se mata a un hermano? ¿O será que el hermano se dejó matar para que haya una historia que contar? Cuando pasa algo tan horrible, cuando sabemos que las respuestas no alcanzan para satisfacer la resolución del misterio, o comprender la causa que lleva al asesinato, la narración se queda huérfana para poder explicar lo que pasó, porque contar los hechos es quedarse afuera, ser espectador.
Para nuestra desgracia, estamos muy adentro de la cultura occidental que tiene en ese asesinato de hermanos a uno de sus mitos fundacionales.
Es en ese punto trágico en donde la palabra poética aparece para expresar lo que sus sentidos cotidianos, y sus combinaciones habituales, no saben decir. Por eso la poesía es lo opuesto a cualquier mecanismo literario, lingüístico, psicológico o social. La palabra poética se reinventa con cada verso y, en ese esfuerzo, puede quedarse sola, desafiante, necesaria, pero también contradictoria y confusa. La palabra poética siempre humaniza y nos rescata de cualquier mecanismo alienante.
Esto permite que la poesía de Mónica sea engañosa: las preguntas pueden ser preguntas, pero también afirmaciones. Las conclusiones pueden efectivamente concluir, pero también obligarnos a buscar el sentido escondido o nos impulsa a avanzar para encadenar la melodía y el viaje poético. Tal vez no se trate de entender nada, sino de vivir la experiencia. Y seguir.
La literatura de Mónica Rosenblum es un elegante desafío. Los invitamos a enfrentarla.
Entrevista a Mónica Rosenblum
Daniel Gray: ¿Cómo fue que llegaste a la poesía? ¿cómo fueron esos primeros momentos de lectura y escritura?
Mónica Rosenblum: Creo que lo que impulsó a escribir, aún sin saberlo en ese momento, fueron las canciones y los poemas que escuchaba y leía en mi adolescencia. Leía a poetas como Rubén Darío, recuerdo las canciones de Paco Ibañez que musicalizaba los poemas de Zelaya. Esa música y esa poesía se me fueron grabando en el pensamiento y la piel. Mis primeros momentos de escritura fueron en la adolescencia, pero eran relatos, narrativa en prosa. Y ya de grande, a los cuarenta y dos años fui a un taller literario que coordinaba Fernando Sanchez Sorondo y él fue el que me dijo “si te aburre dar tanto detalle y lo tuyo es más sintético, probá con la poesía”. Y es lo que hice.
D.G.: ¿Qué poetas te sorprendieron o te maravillaron?
M.R.: Ay, qué poetas me maravillaron. Bueno, me maravillaron Pizarnik, te digo un orden así cualquiera, Pizarnik y Rubén Darío, Lorca en su momento, Miguel Hernández, más tarde Wislawa Szimborska, Bellessi, muchos, Susana Villalba, hay tantos, tantos, bueno, Perlongher, Watanave, Miguel Ángel Bustos. Ya dije Pizarnik ¿no? Susana Thénon, no te puedo decir por qué de cada uno y hay más, un montón más. Montalbetti cuando logra hacer un ensayo sobre la escritura de un poema, o sea un ensayo en verso, me maravilla o interpela, ya sea tanto por lo conceptual, por el contenido y también por sus por sus formas. Tendría que hablar un montón de cada uno, pero en general puedo decir que es porque me despiertan algo que estaba dormido en mí, algo así.
D.G.: ¿Cuáles son los temas que te motivan a escribir? ¿Lo hacés metódicamente o por impulsos?
M.R.: Los temas, no sé, sí te puedo decir que siempre debe tener alguna relación con lo que me está pasando o con lo que me está pasando, con lo que está pasando en el contexto en el que vivo. Y no soy metódica, para nada. Puedo pasar mucho tiempo sin escribir, pero igual, tomo algunas notas y sobre todo es como si hubiera una yo que está escribiendo mucho antes de escribir. Después viene como una musiquita, un ritmo o una frase y ahí cuando tiene que salir eso me vuelvo más metódica
D.G.: En tus dos últimos libros tus poemas son una búsqueda de explicación. Explicar eso que denominás «el mecanismo» y en tu último libro explicar el mito de Caín y Abel. ¿Qué te llevó a estas búsquedas poéticas que tienen un fuerte contenido filosófico y religioso?
M.R.: Yo creo que para mí la poesía es, entre otras cosas, más que una búsqueda de explicación la posibilidad de preguntar. Tal vez sean preguntas retóricas, pero esa apertura es lo que a mí me permite dar vuelta a las cosas o preguntarlas para volver a organizar un poco mejor ese deseo de conocer el mecanismo. O ese procedimiento de preguntarle al mito de Caín y Abel o a Caín y a Abel y al señor de ese relato bíblico. Estaría para pensar si es en el sentido etimológico o filosófico de la palabra “preguntar”. Puede ser que las preguntas busquen una explicación, pero yo no sé si la busco o si me libera el preguntar sobre lo que se supone dado.
D.G.: Dijiste que te afecta lo que pasa en la realidad social. ¿Qué hechos personales y sociales te afectaron en tu vida y en tu creación poética?
M.R.: Bueno, por un lado, dos grandes hechos históricos como son el holocausto y la última dictadura argentina. Mi familia de origen está directamente afectada por ambos sucesos. Otros temas son los vínculos, el amor, el desamor y, justamente, la pregunta por las maravillas como también por lo oscuro.
D.G.: Para terminar, cómo ves el panorama actual de nuestra poesía, la producción, circulación, recitales de poesía, etc.
M.R.: ¿Cómo veo? Creo que hay mucho movimiento, mucha circulación. Creo que de todas maneras sería hermoso que lográramos abrir nuevos canales, nuevos espacios, o que no se repitan las mismas figuras, como pasa en muchos ámbitos y a la vez creo que la poesía está muy pujante. Por la crisis actual, económica y cultural que estamos viviendo está muy difícil subsistir para las editoriales independientes, que es el mundo donde yo me muevo. Pero también pasa que vas a la FED (Feria de Editores) y ves que, espero que este año sea igual, mucha presencia, muchas ganas, mucho deseo. No sabría responder bien a esta pregunta, me parece que hay una movida y que estaría bueno poder generar que sea más abierta para todo tipo de autores.
Poemas de Mónica Rosenblum
Dos poemas de El mecanismo (HD Ediciones, 2021)
querés conocer el mecanismo
el todo
la resta
fe sus partes
la división
-sus altos dividendos-
Saber
si hay algo
que derribe
lo estancado
lo destrabe
una esponja
que absorba
lo maltrecho
lo disuelva
de algún modo
un gesto suelto
o resuelto
decir:
no tengas miedo
con el propio corazón
en ambas manos
y tu parte
qué palabras
dan cuenta
de tu parte
qué actos
gestos
Omisiones
.
querés conocer el mecanismo
la misión
la omisión
en las puertas
y en los puertos
que se cierran
y desechan
a quienes nada
Nadan
¿flojos de papeles?
lo flojo está en la cuerda
en la locura de la cuerda
y lo callado y otorgado
es otra forma de la firma
firmar
convenir
concertar
pactar
negociar
concordar
acordar
acordarte
Dos poemas de La cuestión del Pellejo (Ato Pogo 2016)
Caín dijo a su hermano Abel: “Salgamos al campo”.
Y cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató.
Gn 4:8 Santa Biblia
.
¿así pijama rayado
y medio dormido
te siguió Abel?
.
hay una confianza
un no dudar
cuando alguien cercano
nos dice vení
o vení mirá
y vamos detrás
esperando algo
o nada especial
vamos sin dudar
distraídos tal vez
Pensando en otra cosa
a veces ni siquiera intrigados
vamos porque
nos dijo vení,
y vení alcanza para ir detrás
puede tratarse de algo importante
de algo pequeño
de algo para uno
o para el otro
simplemente vamos
por quien nos convoca
Entonces el Señor preguntó a Caín: “¿Dónde está tu hermano Abel?”.
“No lo sé”, respondió Caín. “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”.
Gn 4:9 Santa Biblia
¿y dónde está
el señor
que pregunta
dónde está?
.
génesis
de la génesis
de la gesta
del gran bonetismo
.
a ver
vamos a buscarlo
un dos tres
todos juntos
con fuerza: s e ñ o r d ó n d e e s t á s
mmm mmm
no responde
otra vez
mmm mmm
no responde
¿no era
que estabas
en todas
(partes)?
y exactamente
exactamente
¿dónde estabas
vos cuando
Caín se abalanzó?
¿y para qué
andás preguntando
por lo que ya
sabés?