17 de marzo de 2025

Club José Hernández: entre la identidad barrial y la polémica por la inversión privada en el fútbol

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Por Lautaro Cantamessa

El Club José Hernández, fundado el 16 de agosto de 1927 en la ciudad de La Plata, es un emblema del deporte barrial y la contención social. A lo largo de su historia fue un espacio de integración para vecinos y vecinas, ofreciendo diversas actividades deportivas y culturales. Con alrededor de 1.100 socios y 800 activos que abonan su cuota de $1.000 en 2025 lograron sostenerse gracias a la colaboración de la comunidad y algunos aportes estatales. Sin embargo, en el último año, el club se vio envuelto en una controversia que expone un debate latente en el fútbol argentino: el rol de la inversión privada en los clubes de barrio y la resistencia a las Sociedades Anónimas Deportivas.

Crecimiento y compromiso social

El club cuenta con 20 actividades sociales, como fútbol infantil, vóley, básquet, taekwondo, folklore, entre otros. Su participación en la Liga Costera de Río de La Plata le dio visibilidad regional, pero también lo llevó a enfrentar grandes desafíos económicos. Pero, además de ser un centro deportivo, generó un fuerte impacto social en su comunidad. Sus convenios con la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata, el PAMI y el Plan FinEs permitieron la realización de actividades que benefician a diversos sectores de la población. Además, su biblioteca, con más de 16.000 ejemplares, es un espacio clave para la educación y la cultura.

La desafiliación y la controversia política

La controversia se originó cuando la dirigencia del club comenzó a explorar opciones de financiamiento para sostener su proyecto futbolístico. La posibilidad de recibir inversión privada generó revuelo en los medios y entre los socios, lo que llevó a su desafiliación de la Liga Costera. Desde el club aseguran que nunca se planteó la conversión en una SAD, sino que se buscaba una alternativa para solventar los costos operativos del equipo, que incluían traslados, arbitrajes y seguridad, llegando a un gasto mensual de tres millones de pesos.

La reacción fue inmediata: críticas desde sectores tradicionalistas del fútbol argentino y un fuerte debate sobre la gestión de los clubes de barrio. Para la AFA, las SAD son un modelo inviable en Argentina, ya que contradicen la identidad del fútbol social. Sin embargo, en otros países de Sudamérica, como Brasil y Uruguay, existen estructuras híbridas donde la inversión privada convive con la gestión social de los clubes.

Entre Verón y Tapia: el trasfondo de una disputa mayor

El caso del Club José Hernández se dio en un contexto de tensión entre sectores políticos del fútbol argentino. Mientras Claudio «Chiqui» Tapia, presidente de la AFA, defiende el modelo tradicional de clubes manejados por sus socios, Juan Sebastián Verón, exjugador y dirigente de Estudiantes de La Plata manifestó en reiteradas ocasiones su intención de abrir el debate sobre la inversión privada en el fútbol.

La polémica de dicha institución platense fue vista como un intento de debilitar la postura de Tapia en favor de una eventual llegada de Verón a la AFA. Aquella disputa de fondo demuestra que el fútbol argentino no es ajeno a las internas políticas, donde los clubes barriales pueden quedar atrapados en luchas de poder ajenas a su realidad cotidiana.

El futuro del club y el debate sobre la gestión deportiva

Lejos de arrojar la toalla, el Club José Hernández sigue en la búsqueda de alternativas para reincorporarse a la competencia. Su dirigencia sostiene que el objetivo nunca fue privatizar el club, sino encontrar soluciones económicas para garantizar su funcionamiento. En paralelo, el debate sobre las SAD en Argentina sigue sin resolverse.

Mientras algunos sostienen que permitir inversiones privadas podría fortalecer a los clubes y mejorar la competitividad del fútbol local, otros temen que esto derive en la pérdida de identidad y el control de los socios. Lo cierto es que el caso de José Hernández evidencia la necesidad de discutir un modelo de financiamiento sustentable para los clubes de barrio, sin perder su esencia comunitaria.

El fútbol argentino se enfrenta a una encrucijada: preservar su tradición o adaptarse a nuevos modelos de gestión. En ese dilema, clubes como José Hernández son el reflejo de una discusión que va más allá del deporte y toca los cimientos de la cultura futbolística nacional.

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