¿Qué nos enseñan las elecciones de Reino Unido y de Francia?

Daniel Gray
El triunfo del laborismo y del Nuevo Frente Popular en las recientes elecciones en Reino Unido y Francia detuvieron el avance de la derecha. Esta experiencia nos demuestra que con firmeza política y estrategia electoral los partidos y movimientos que representan a los sectores populares están en condiciones de vencer y volver al gobierno.
Similitudes y diferencias
La primera diferencia entre estas dos elecciones es que el triunfo laborista en Reino Unido era un triunfo anunciado, lo sorprendente fue la magnitud del triunfo y la catastrófica derrota de los tories. Los laboristas tuvieron el 33, 7% de los votos y 412 representantes mientras que los conservadores con 23, 7% de votos apenas llegaron a 121 escaños. La novedad fue el crecimiento de la ultraderechista Reform UK, de Nigel Farage, que se transformó en la tercera fuerza electoral con el 15.3 % de los votos pero eso no se reflejó en la cantidad de diputados a la Cámara de los Comunes donde solamente obtuvo 5 bancas. Como se puede comprobar, no hay ninguna relación entre el porcentaje de votantes y la cantidad de representantes
En Francia se esperaba que la ultraderechista Le Pen y su Agrupación Nacional ganara las elecciones por amplio margen y que eso catapultara a su delfín, el joven y ambicioso Jordan Bardella, al cargo de Primer Ministro. Los resultados de la primera vuelta electoral, del 30 de junio, hacían prever eso porque Agrupación Nacional había ganado con el 33,1% de los votos, detrás quedaban el Nuevo Frente Popular con el 27,99% y Juntos, la coalición presidencial, con el 20,04%. Finalmente Los Republicanos, obtuvieron el 10,23%.
Pero, para sorpresa de todos, el claro ganador de la segunda vuelta electoral, el domingo 7 de julio, fue el Nuevo Frente Popular que reúne a toda el ala izquierdista de la política francesa: el Partido Socialista, el Partido Comunista, los ecologistas y Francia Insumisa. Con el 26,3% de los votos se llevó 168 diputados, Juntos, del presidente Macron con el 24,7% de votos y consiguió 161 diputados y, finalmente, Agrupación Nacional con 37,1% de los votos y 142 bancas y Republicanos (derecha democrática) con el 6,2% de votos y 48 diputados.
¿Qué resulta relevante y extraño de esta última elección? La relación entre el porcentual de votantes y la cantidad de bancas ganadas por cada partido o frente electoral. Agrupación Nacional tuvo el mayor porcentaje de votos pero quedó tercera en cantidad de diputados (142) y el Nuevo Frente Popular que salió segundo, con 10% menos en porcentaje de votos que Agrupación Nacional, tiene 26 bancas más con un total de 168 diputados.
En los resultados de la elección en Reino Unido se da una situación similar, no hay correlación entre el porcentaje de votantes y la cantidad de representantes en la Cámara de los Comunes. Cómo podemos explicar esto y qué se desprende de esta situación. Y algo más ¿Qué sucedió en Francia para que en una semana se dieran vuelta los resultados electorales de un modo tan contundente?
En el caso británico la respuesta a la falta de relación entre porcentaje de votantes y cantidad de representantes se da porque su sistema eleccionario es de un diputado por distrito. Por lo tanto, cada partido presenta solamente un candidato para la representación de ese territorio. Y el que gana, aunque sea por un voto, gana la banca en la Cámara de los Comunes.
En Francia los diputados son electos en listas porcentuales por regiones. Frente a la segunda vuelta electoral el Nuevo Frente Popular y Juntos acordaron un pacto para vencer a la ultraderechista Agrupación Nacional. En la región en donde el Nuevo Frente Popular era mayoritario Juntos no presentaba candidato y, a la inversa, en donde Juntos era mayoritario el NFP retiraba sus candidatos. Así se sumaban los votos y se lograba vencer a los ultraderechistas en las distintas regiones, aunque la suma nacional de votos dé ganadora a Agrupación Nacional.
Lecciones europeas
Las elecciones en Reino Unido y Francia nos permiten ver, en perspectiva, aspectos que pueden ser de utilidad para el desempeño de los movimientos populares en Argentina.
- Frente al triunfo de la ultraderecha en Francia, muchos referentes nacionales, como Kylian Mbappé, no dudaron en advertir que el triunfo de Agrupación Nacional era un peligro para la sana convivencia del pueblo francés. No tuvieron miedo.
- Las redes sociales son muy importantes para la propaganda política. Pero son débiles frente a la organización política y el accionar coordinado de los sindicatos, partidos, clubes, sociedades civiles. Y esto es aún más efectivo cuando los representantes políticos son valorados positivamente por las comunidades regionales. Esto quedó demostrado en la elección británica donde la persistencia en los territorios de los líderes laboristas, que históricamente siempre sostuvieron las viejas banderas del programa socialista, fueron amplios ganadores. Tener líderes de convicciones firmes en los territorios crea confianza en la población y fideliza el voto.
- En Francia la alianza entre los grupos de izquierda permitió construir el Nuevo Frente Popular pero no fueron sectarios y al reconocer en Agrupación Nacional al enemigo común de la democracia no dudaron en hacer acuerdos electorales con Juntos del centrista presidente Macron.
El laborismo británico sostuvo su campaña en ejes claves para la vida decente del pueblo trabajador: salud, salario, educación, crecimiento económico. Mantener los ideales, el programa y la doctrina histórica del laborismo les permitió presentarse como la alternativa seria y honesta frente al fracaso del gobierno conservador. El pueblo británico no solamente votó por espanto, también lo hizo afirmativamente y con confianza en los líderes laboristas.
Faltan tres años y medio hasta la nueva elección presidencial. Que la única alternativa para el campo popular sea el fracaso del gobierno de Milei ya es una derrota en sí misma. La tarea a realizar es compleja: organizarse en los territorios con líderes de convicciones firmes, construir un programa de gobierno con propuestas claras de transformación social y económica que mejoren la calidad de vida de la mayoraría de nuestra población, y plantear alianzas responsables y una estrategia electoral eficaz. Reino Unido y Francia nos enseñan que esto es posible.