Diputados de UxP, en defensa de Télam

Eduardo Valdés presentó un proyecto. El último intento de cierre, encabezado por Mauricio Macri y Hernán Lombardi, le costó caro al Estado, ¿desconocimiento, impericia o cinismo?
La semana que termina empezó con la noticia del vallado de Télam, en la madrugada del lunes, para impedir el ingreso de sus trabajadores. Poco antes, ante la asamblea legislativa, el presidente Javier Milei había anunciado su voluntad de cerrarla.
Durante toda esta semana, los medios medianos, chicos y algunos grandes, que debido a la crisis no pueden costearse un servicio de forografìa propio de alcance nacional, tuvieron serios problemas para ilustrar sus notas. Y en el periodismo digital, la foto es todo. Sin foto no hay nota. Este es apenas el primero de los efectos del ataque a Télam.
El otro, que se hará evidente pronto, tiene que ver con el federalismo, esa forma de organización nacional que tanto irrita al presidente. Télam tiene corresponsales donde nadie los tiene. En un país tan extenso como el nuestro, esos corresponsales son la diferencia entre que un hecho o una historia se cubra y se conozca o no se cubra y, obviamente, no se conozca. Para hacer evidente el despropósito, los trabajadores siguen adelante con sus tareas, desde el portal autogestionado https://somostelam.com.ar/
Las agencias de noticias no se crearon para ganar dinero, ni las públicas ni las privadas. Las públicas, como las aerolíneas de bandera, se crearon por motivos de soberanía (en este caso, de soberanía informativa). Aportan al balance social.
Las privadas, nacieron en el siglo veinte, la mayoría a partir de consorcios de medios, que entendìan que ese servicio era necesario. Ni France Press ni EFE ni Associated Press ganan plata, y a nadie le importa, porque su objetivo es otro.
¿El intento de cerrar Télam sintoniza con el discurso anti casta de Milei? Tal vez sí. Pero la pregunta de fondo es otra: ¿le alcanza con eso? El discurso anticasta no se come. El “ahorro” que puede generarle la medida al estado es insignificante. Y los costos, enormes: ya lo intentó el ahora silencioso Hernán Lombardi en tiempos de Macri, con el resultado de un montón de fallos judiciales a favor de los trabajadores, que debieron ser indemnizados y/o reincorporados.
No queda claro cuánto hay en la decisión del gobierno de tuiteros de oportunismo político, cuanto de intención de acallar voces y cuánto de ignorancia. Tampoco importa demasiado.
El diputado nacional Eduardo Valdés acaba de presentar un proyecto en el que solicita se arbitren los medios para garantizar la continuidad de Télam. Lo hace por los trabajadores y por la soberanía informativa, claro. Pero también es una advertencia, un favor al gobierno. Aunque más elegante, va en la línea de Miguel Pichetto, cuando le dijo al oficialismo, en plena sesión, “no sean tan pelotudos”.
Los highlights del texto del diputado Valdés
“Sr. Presidente: con gran preocupación leemos en una nota publicada por el diario Clarín la siguiente información. «Planean cerrar Télam”. “Tenemos que buscar la forma de poder hacerlo y que la Justicia no nos bloquee esa decisión”, le dijo el interventor Chaher a su círculo más cercano, que trabaja en esa dirección».
“El pasado sábado 3 de febrero se conoció la publicación del Decreto 117/24 en el Boletín Oficial, el cual establece la intervención de Télam, Radio y Televisión Argentina, Contenidos Públicos y la plataforma Educ.ar. Según es posible interpretar a partir de las versiones periodísticas publicadas por medios nacionales y que hasta el momento no fueron desmentidas, dicha intervención tiene por objetivo el cierre total de la única agencia noticiosa pública y argentina, conocida como TELAM”.
“El sostenimiento de una agencia de noticias estatal no es una particularidad argentina. Muchos son los países de todo el mundo que crearon e impulsaron el funcionamiento permanente de agencias similares a TELAM, las cuales continúan en funciones y en permanente desarrollo y perfeccionamiento: la BBC de Gran Bretania, ANSA de Italia, EFE de España, DPA de Alemania, Notimex de México, entre tantas otras, son sólo algunos ejemplos de entidades estatales similares que cuentan con amplia trayectoria, reconocimiento mundial y partidas presupuestarias acordes, tal como lo es TELAM”.
“No es la primera vez que Télam aparece bajo amenaza de liquidación, cierre o venta. Podemos leer en la reseña histórica publicada por la agencia en ocasión de su 70 aniversario: «El golpe de 1955 y la irrupción de la autodenominada Revolución Libertadora puso a la Agencia al borde la desaparición. Sin embargo, su conversión en una Sociedad Anónima durante el gobierno de Frondizi le permitió estabilizar su situación financiera y crecer, fundamentalmente por el desarrollo tecnológico, la cobertura territorial y el abastecimiento a los grandes diarios y canales de la ya instalada televisión nacional. Los años 60 fueron claves para el desarrollo y la instalación de Télam como agencia de noticias. Tal era su importancia que a fines de la década, el gobierno de facto de Onganía decidió estatizarla y también darle el monopolio del manejo de la publicidad oficial”.
“Durante la Dictadura cívico militar que se inició en 1976, Télam no escapó a las generales del terror represivo, la censura y la desaparición de sus trabajadores. A este horror se sumó, además, el robo y/o la destrucción casi total de su archivo periodístico».