Juego limpio, presupuesto sucio: el golpe al deporte adaptado

Por Lautaro Cantamessa
El deporte adaptado tiene como dignificado para muchos atletas la oportunidad de desarrollarse en una disciplina deportiva sin importar el tipo de discapacidad que tengan. A partir de 2024, las distintas competencias sufrieron un fuerte ajuste presupuestario impulsado por el gobierno actual, liderado por Javier Milei, cuyo objetivo es reducir el financiamiento en áreas que consideran prescindibles.
Sin embargo, el deporte adaptado sí necesita el apoyo estatal, ya que, sin dicho respaldo, muchos atletas no pueden presentarse a competir en torneos nacionales e internacionales. El Estado al financiar dichas competencias poseía un rol fundamental: incluir a las personas en actividades físicas sin importar su grado de discapacidad.
El deporte adaptado, su concepción y su implementación a nivel jurisdiccional, no debe ser una excepción. Muy por el contrario, representa una conquista social que protege los derechos promovidos por la Ley 26.378, la cual garantiza el goce pleno y en igualdad de condiciones de todos los derechos humanos y libertades fundamentales para las personas con discapacidad, permitiendo su participación plena y efectiva en la sociedad.
La valoración de dicha disciplina en los enlaces gubernamentales jurisdiccionales resulta fundamental para su desarrollo. Solo a través de este reconocimiento podremos comprender las capacidades y expectativas de los deportistas, con una visión clara del camino recorrido y los desafíos por venir.
Ajuste progresivo
Las disciplinas adaptadas buscan fomentar la igualdad de oportunidades en la competencia, garantizando el acceso a la práctica del deporte de base y la actividad física para toda la población objetivo.
A través de esta modalidad, se promueve la inclusión y el desarrollo de atletas en un entorno equitativo, donde cada persona pueda desplegar su máximo potencial y participar activamente en el ámbito deportivo.
Los Juegos Deportivos Nacionales Evita son competencias adaptadas para deportistas con discapacidad en diversas disciplinas. Este evento se mantuvo en constante crecimiento durante el período 2003-2023, con un aumento en la cantidad de participantes, la incorporación de deportes como básquet, fútbol PC, tenis de mesa, entre otros, y su expansión a sedes como Chaco y Mar del Plata.
Sin embargo, la llegada de 2024 marcó una ruptura en este proceso de crecimiento sostenido. Ese año estuvo marcado por la eliminación de varias disciplinas, como tenis en silla, fútbol 5, bádminton, taekwondo y muchas más, dejando solo una categoría por deporte.
El desfinanciamiento estatal no solo afecta a los deportistas que ya no pueden competir, sino que también tiene un impacto negativo en la misma competencia. La ausencia de actividades individuales dentro del colectivo dejó a muchos atletas sin una práctica que los enriquece tanto en lo deportivo como en lo social.
Escuelas de Deporte Argentino Adaptado
En la estructura de las Escuelas Deportivas de Adaptación y Socialización (EDAS), contaba con un coordinador general y siete coordinadores regionales. Su función principal era actuar como enlace entre la Secretaría de Deportes de la Nación (SDN) y los referentes de deporte adaptados en cada provincia.
Además de dicha labor, los coordinadores regionales tuvieron la responsabilidad de impulsar las acciones que surjan tanto desde la SDN como desde las provincias que conforman sus respectivas regiones. También eran los encargados de proponer y organizar torneos regionales entre las EDAS, con el fin de fomentar así el desarrollo y la competencia en el ámbito del deporte adaptado.
En el presente marco, se trabajó intensamente en la planificación de cada disciplina, con el fin de establecer un esquema basado en un mínimo de cinco contenidos y cinco niveles. Esta estructura busca unificar criterios metodológicos de trabajo, garantizando un desarrollo homogéneo y equitativo en todas las regiones del país.
El Programa de la Dirección de Deporte Adaptado y Promoción Deportiva implementó medidas y desarrolló el período 2019-2024 para contabilizar las escuelas de deporte adaptado en todo el país. En dichos establecimientos se desarrollaron diversas disciplinas, como atletismo adaptado, paravóley, tenis para ciegos, surf adaptado y muchas más.
El año 2019 marcó un punto de crecimiento para las Escuelas de Deporte Adaptado en Argentina, con la implementación de 68 establecimientos. Hasta 2023, se lograron identificar un total de 136 escuelas distribuidas en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Cruz, Formosa, Salta, Jujuy, entre otras.
Bogotá 2023: La inversión traducida en logros Los Juegos Paramericanos de Bogotá 2023 se definieron como un evento deportivo internacional para atletas con discapacidad, que fue celebrado en la capital colombiana. Reunieron a competidores de varios países en distintas disciplinas adaptadas. Su objetivo fue promover la inclusión y el alto rendimiento en el deporte paralímpico.
Dicha competencia presentó una distribución de medallas más equitativa en comparación con San Pablo. Mientras que en la capital colombiana el 70% del total de preseas quedaron concentradas entre los cinco primeros países, en San Pablo ese porcentaje fue del 83%, reflejando una mayor concentración de los triunfos en pocas delegaciones. Este escenario evidencia que la competencia en Bogotá estuvo más repartida, permitiendo que más naciones accedieran al podio.
En cuanto a las medallas doradas, Bogotá también mostró menor polarización. En esta ciudad, 15 de los 20 países participantes lograron al menos una medalla de oro, mientras que en San Pablo solo 10 de 20 lo hicieron. Este dato refuerza la idea de que en Bogotá la distribución de preseas fue más equitativa en comparación con Buenos Aires y San Pablo, donde la supremacía de ciertos países fue más marcada.
El desafío del deporte adaptado en Ituzaingó
En la localidad de Ituzaingó, Corrientes, a 240 km de la capital provincial, el deporte adaptado enfrenta múltiples desafíos, pero también demuestra que la perseverancia y la dedicación pueden superar cualquier obstáculo.
El trabajo se desarrolla en la Escuela Especial N° 12, el Club Mil Viviendas y un espacio verde conocido como “Ermita”. Allí, profesores, entrenadores y familias se esfuerzan día a día para garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso a la actividad deportiva. El traslado de los deportistas, la falta de recursos económicos y las limitaciones en infraestructura son solo algunas de las barreras que deben sortear.
El sostenimiento de dichas actividades proviene de diversas fuentes. En la escuela, el financiamiento es gubernamental. Para los grupos de competencia, se recibe apoyo del gobierno de Corrientes, de sponsors y, en algunos casos, de los propios padres. Cuando los deportistas participan en instancias provinciales y nacionales, la provincia cubre los gastos de traslado, alojamiento, alimentación e indumentaria.
Sin embargo, en los últimos tiempos, los recortes han impactado en la cantidad de participantes. Mientras que antes viajaban 36 atletas en atletismo (12 menores, 12 cadetes y 12 juveniles), acompañados por dos profesores por discapacidad, ahora solo pueden hacerlo solo dos deportistas por categoría, con un docente por cada grupo.
A pesar de que el discurso oficial sostiene que el deporte es una política de Estado, el respaldo real suele ser insuficiente. A nivel nacional, muchos atletas han perdido sus becas, lo que dificulta su entrenamiento y participación en competencias. En la provincia de Corrientes, los jóvenes deportistas tampoco perciben becas, lo que pone en riesgo el desarrollo del alto rendimiento y la posibilidad de llegar a los Juegos Nacionales Evita (JNE).
El deporte adaptado en Ituzaingó sigue adelante gracias al esfuerzo de docentes, familias y deportistas que, a pesar de las dificultades, apuestan por la inclusión y el desarrollo de sus habilidades en un contexto desafiante
¿Es importante el deporte adaptado?
El presente enfoque permite la construcción de un nuevo campo social inclusivo, donde las instituciones no solo comparten espacios, sino que garantizan la participación plena de todas las personas, especialmente de aquellas con discapacidad. La sociedad en sí debe consolidarse en prácticas concretas que reconozcan la ciudadanía plena de cada individuo, sin riesgos de marginación ni retrocesos.
Alcanzar una inclusión plena implica avanzar hacia una equidad institucional, donde cada persona sea reconocida por sus características y objetivos específicos. En este contexto, el deporte se consolida como un pilar fundamental, no solo por sus beneficios para la salud, sino también por su capacidad de integrar a los individuos dentro de un colectivo.
Para que el deporte adaptado funcione de manera efectiva, es fundamental contar con deportistas dispuestos a competir, profesores comprometidos con la enseñanza y un apoyo estatal sólido que permita solventar los costos que las escuelas no pueden cubrir en su totalidad.
El financiamiento de estas actividades no solo impacta en el desarrollo individual de los atletas, sino también en la calidad y continuidad de la competencia. Sin recursos adecuados, se limita el acceso y el crecimiento del deporte adaptado, afectando a toda la comunidad que lo sostiene y lo impulsa.