30 de abril de 2025

“El sueño de Emma”. Una historia simple y sin celulares

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Entrevista a Sebastián Arzeno, protagonista de la película

Por Daniel Gray

“El sueño de Emma” es mucho más que una película. En estos tiempos crueles donde el gobierno nacional declara una batalla contra la cultura filmar una película y llevarla a los cines es un acto de resistencia. “El sueño de Emma” sucede en las islas del Delta del Tigre, donde la naturaleza y el silencio son tan protagonistas como los propios personajes. La cadencia del relato se desarrolla con la suavidad de una canoa que se desliza en las aguas de un arroyo. Marcos, el padre de Emma, es viudo, solitario, reparte garrafas de gas y áspero y duro como la propia vida en las islas. Emma tiene 16 años, es isleña, y los límites de su mundo conocido son los del Delta. Pero en la pequeña escuela donde asiste, junto a unos pocos compañeros, la profesora, que enseña todas las materias, les propone leer y preparar “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. La lengua inglesa, la ficción teatral, el amor adolescente y una aventura más allá de los límites conocidos van a llevar a Emma a desear romper la cárcel de protección y rutina que su papá construyó para poder sobrevivir. Entonces, el frágil equilibrio del mundo de Marcos y Emma se pone en crisis.

La película nos recuerda que crecer siempre es difícil y no se trata de edades. Aceptar los cambios, y seguir siendo fiel a los propios sentimientos y valores es una tarea dura. Porque en la vida siguen siendo más importantes los actos que las palabras. Marcos es un hombre de pocas palabras, pero en cada acto, en cada gesto se afirma en los valores que lo sostienen. Y cuando el futuro se convierte en algo inesperado finalmente se afirma en una de sus pocas certezas: confiar en las personas que lo quieren. Por eso “El sueño de Emma” es importante para leer este presente de desasosiego, las buenas personas tienen muchas versiones y los buenos valores son los de siempre. Es muy difícil y a la vez es muy fácil: hay que hacer lo correcto. Por eso Marcos es un héroe y Emma, una pequeña heroína. Y ambos, profundamente argentinos.

“El sueño de Emma” tiene la dirección de Germán Vilche, el guion de Germán Vilche, Federico Arzeno y Adrián Caram y la actuación de Luthien Ramos, Sebastián Arzeno, Luis Ziembrowski, Verónica Intile, Lautaro Murray. Y la podemos ver en el Cine Gaumont.

Entrevista

Daniel Gray: ¿Cómo llegaste al proyecto de la película «El sueño de Emma»?

Sebastián Arzeno: Soy muy amigo de German Vilche, el director de “El sueño de Emma”, compartimos profesión, él es director de fotografía y yo, además de actor, soy asistente de cámara o foquista. Ya habíamos filmado un corto en el Tigre con Germán, y a partir de ese corto se disparó el comienzo de un desarrollo de guion. Germán también es amigo de mi hermano, Federico Arzeno, que es guionista de la película junto a Adrián Caram y el propio Germán. Ellos empezaron a desarrollar el guion y eso llevó alrededor de un año. Germán ya había pensado en mí para el personaje del padre de Emma. Por otro lado, vamos mucho al Tigre, yo solía alquilar una casa y la familia de mi mujer también tiene casa en la isla. Es un lugar que es muy propio para nosotros, y conocemos a muchos isleños. Tenemos un lazo muy estrecho con el Tigre.

D.G.: ¿Cómo fue el proceso de creación de tu personaje?

S. A.: Sabíamos que el personaje tenía que ser alguien hosco, callado, hermético, que no se comunica con nadie, salvo con su hija y un poco con su vecino, el personaje de Luis Ziembrowski. No se cruza con más gente, se acostumbró a vivir de a dos con su hija. Por fuera de ese círculo íntimo no demuestra sentimientos, lo pueden tildar de “mala onda” o de “caracúlico”. Trabajar el personaje consistió en despojarme de mi personalidad y, como en un colador, me fui sacando todos los sentimientos y todas las expresiones. Con el director fuimos creando a Marcos. Germán me marcaba en las escenas: “eso es muy Sebastián quiero más Marcos”, “no contestes nada, solo con la mirada” para que el personaje se muestre en los gestos, y los actos, casi sin palabras. El personaje finalmente acepta que su hija haga lo que ella desea, y decide dar un volantazo en su propia vida. Y es recién entonces cuando puede sonreír y enfrentar con alegría la deriva de la vida y el destino.

D.G.: Yo sé que vos tenés una historia personal con el Tigre. ¿Cuánto de la historia que se cuenta en la película tiene que ver con tu propia historia personal?

S.A.: Yo creo que la historia de “El sueño de Emma” se relaciona con mi historia personal a través de las situaciones cotidianas, como llevar todos los días a mi hija a la escuela y lo que significa su educación. Y si bien yo no estoy solo, vivo con mi mujer, la soledad es un fantasma que siempre nos ronda. Marcos es un tipo que decidió dedicar toda su vida a su hija, un poco por el lugar en donde vive y otro poco por el dolor de haber perdió a su esposa, y le es muy difícil volver a formar una relación a pesar de que tiene las posibilidades de hacerlo. Esas situaciones que son cercanas y cotidianas son disparadores que me ayudaron a llevar adelante el personaje. El Tigre es un lugar familiar para nosotros, pero además yo soy de Mar del Plata, así que mi relación con el agua es desde siempre. La lancha y la vida en el agua es parte de mi vida.

D.G.: La película está recibiendo una muy buena repercusión en el público. ¿Por qué pensás que eso está pasando?

S.A.: Creemos que la repercusión es porque la película toca fibras intimas de las personas de cualquier edad. Desde chicos de diez años hasta personas muy grandes. La historia es simple y no hay celulares, creo que eso es un gran acierto del guion. Después de los primeros quince minutos el ambiente te va atrapando, el ritmo de la naturaleza te va llevando a un disfrute diferente, te aleja de la locura de la ciudad y la vida de consumo. La película nos baja, un poquito, las revoluciones, después de verla salís relajado, salís contento, salís emocionado. La gente se siente mejor después de ver la película, mucha se quedó pensando, muchos días después de ver la película, porque sentía que algo de lo que habían visto los había tocado muy profundo. Creo que pasa por ahí, porque se cuenta con un tiempo que es muy distinto al de las épocas que vivimos. El paisaje del Tigre, sus sonidos y la música que acompaña son terapéuticos.

D.G.: La situación del cine argentino es muy compleja. ¿Cómo se vive esta situación en la industria?

S.A.: La situación es que el cine nacional e independiente está totalmente paralizado. Las producciones que se llevan adelante son de plataforma e incluso estoy escuchando que las secuelas de muchas series que se hicieron se están yendo a filmar a Uruguay y a Chile por el costo que se genera filmar en Argentina. Tampoco hay producción de comerciales. Históricamente tenemos una industria gigante de realización de comerciales que no paraba nunca, incluso no paró durante períodos políticos y económicos muy similares al que estamos viviendo. Ahora solamente hay dos o tres empresas que filman comerciales, que son monopolios como puede ser Mercado Libre. El resto de las empresas no están haciendo publicidad de sus productos. Yo hace treinta años que soy técnico cinematográfico y toda mi vida viví de mi profesión. Cuando yo comencé a estudiar y trabajar era increíble, mis padres no apostaban a que yo pudiera vivir de esto, pero en treinta años nunca tuvimos un agujero de trabajo tan grande como el que estamos teniendo ahora. También se perdió CINE.AR que era la plataforma televisiva donde fácilmente podías acceder con una producción audiovisual independiente del estilo “El sueño de Emma”. Y todos los subsidios que había para películas están suspendidos. Se estaban filmando alrededor de entre cien y ciento veinte películas por año y en este momento no se está haciendo ninguna película. La situación es caótica, es alarmante y es angustiante porque la familia del cine es muy grande y no se paraba de trabajar. Podés tener huecos, es un trabajo inestable porque te contratan por un día, por tres días o, si es una película, por semana, pero ahora todo está quieto. Logramos que nuestra profesión sea considerada en el Ministerio de Trabajo como una profesión más, eso implica que tenemos alta y baja del Anses, hacemos aportes y a través del sindicato tenemos nuestra obra social y todos nuestros derechos como trabajadores. Pero todo esto ahora está siendo violentamente atacado. Hay muchísima gente desempleada, es alarmante la situación, como en todas las otras industrias del país.

D.G.: ¿Cuáles son tus nuevos proyectos personales?

S.A.: Como te dije, se cortó la cadena de trabajo. Me quedan dos o tres trabajos por estrenar. Hace seis o siete meses que no se produce nada. Ni siquiera hay castings, o los castings son muy cerrados, o responden al “starsystem”, por decirlo de alguna manera. Sino sos famoso o no tenés más de diez mil seguidores en las redes a los CEOS de las plataformas no les interesa. En el BAFICI hay una película en dónde tengo un papel pequeño pero muy intenso. La película se llama “Tesis sobre una domesticación”, está dirigida por Javier Van De Couter, la actriz principal y autora del guion es Camila Sosa Villada. También actúo en dos cortos que se presentan en el BAFICI y después de eso no hay más nada.

D.G.: ¿Qué recorrido le espera a“El sueño de Emma”?

S.A.: “El sueño de Emma” hizo su recorrido por festivales, esta película la filmamos en el 2021. Ganó en Polonia a mejor película y gano en Trieste, Italia. Pero esperábamos mejores resultados en los festivales nacionales como los de Entre Ríos, Puerto Madryn o Tandil. No tanto en el Festival de Mar del Plata que es clase A. Pero la repercusión está viniendo por los espectadores. Está en los espacios INCAA y la idea es llevarla a cualquier sala que la pida, inclusive aquellas salas en las que no se corta tickets y la entrada es gratuita. Por ejemplo, la vamos a llevar a Mar del Plata, al Museo del Mar. Hay un ofrecimiento para llevarla a Ushuaia y en más lugares de la provincia de Buenos Aires. La idea es proyectarla para carreras de cine y de producción audiovisual y dar charlas. Ese es el recorrido. Que la vea la mayor cantidad de público posible.

D.G.: Finalmente: ¿qué te gustaría agregar sobre la película o tu carrera que haya quedado pendiente?

S.A.: Me gustaría agregar que todos los que puedan ir a ver cine nacional, lo hagan. Que vayan a ver “El sueño de Emma” pero también las otras películas nacionales que están en cartel. Hacer una película es mucho esfuerzo, como todas las cosas importantes de la vida, entonces cada espectador es importante y valioso y es una forma de lucha. El cine despierta emociones y nos educa, nos vuelve mejores personas, nos hace pensar en el otro. Son cosas que hoy necesitamos que estén presenten para enfrentar la cruda realidad que estamos viviendo. Porque estamos viviendo en una sociedad que nos está llevando puesto a uno contra otro. Vamos perdiendo los valores y nos quieren hacer creer que el cine no es importante, y que podemos prescindir de la cultura. La gente que nos gobierna no consume ningún tipo de obra cultural, no van al cine, no leen literatura, no van a los museos, no comprenden el arte, no escuchan música. Entonces tampoco saben lo que es la educación, cómo se educa a una persona. Y cómo influye positivamente el arte en una persona. Y ahora que lo pienso, justamente de eso se trata “El sueño de Emma”.

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