10 de febrero de 2025

Triste, solitario y… ¿final?

WhatsApp Image 2024-10-06 at 20.23.03

Enrique Arriaga

El análisis semanal enlaza la salud mental, el veto presidencial, las marchas universitarias, las dudas de Macri, la expulsión de los diputados mileistas de la UNLP, el oro enviado al exterior y el discurso de Milei en la ONU. Con dureza y originalidad Arriaga nos presenta los hechos con la violencia de un cross a la mandíbula.

“Dime de qué alardeas y te diré de qué careces” era, dentro del enorme repertorio de refranes y dichos populares de mi abuela, uno de sus favoritos. La frase serviría para ilustrar la semana del presidente o, en términos generales, su presente: un gobierno que debe continuar, con su proyecto político tempranamente agotado, malherido por sus propios errores.

 Sus gritos, insultos e intimidaciones no son ajenos a la ley de rendimientos decrecientes y encajan a la perfección con la descripción de Lali Espósito, “te haces el malo, pero te falta cariño”. La falta de cariño, en todo el trayecto vital, pero especialmente en la infancia, sostienen los profesionales de la salud mental, tiene consecuencias severas sobre la autoestima. Veamos.

Javier Milei parece convencido, por sí mismo o por obra de otros cercanos, tan neófitos como él en el arte de gobernar, de que vetar leyes es un signo de fortaleza o autoridad. La marcha universitaria del jueves fue masiva, histórica. Que haya tenido mayor o menor participación que la de abril, poco importa, porque el gobierno no es ya el de abril: la motosierra apuntó su cadena dentada a la imagen presidencial y el daño parece, al menos, difícil de revertir.

Prácticamente todos los actores involucrados se pronunciaron al respecto, en uno u otro sentido. Sólo falta Mauricio Macri, que oscila entre las amenazas y los gestos de seducción, aún incrédulo de que Milei se resista a alinearse bajo su órbita. La demora en fijar posición obedece a que el Pro ya no existe como tal: si se pronuncia claramente, el día de la sesión se puede hacer una cuenta muy sencilla y saber qué porcentaje de su bloque le sigue respondiendo. Pero la demora, o la prescindencia, tiene un costo elevado. La sociedad entera percibe que a Macri la universidad le importa tan poco como los jubilados tres semanas atrás, como cualquier cosa que no sean las áreas del gobierno que considera de su interés, vinculadas a YPF, Vialidad, Transporte y el ministerio de Justicia.

La universidad no es, en términos políticos, un enemigo recomendable, porque es depositaria de los sueños de futuro y las ambiciones de movilidad social ascendente de la sociedad, que el gobierno pretende abortar. La marcha universitaria fue especialmente masiva en Córdoba, donde Milei, hace muy poco, destrató a los bomberos que lucharon contra los incendios. ¿Tiene relación? Claro que sí. La sociedad no se compone de compartimentos estancos, sino que existen capilares y conexiones entre unos y otros.

La reciente movilización funge como advertencia a los diputados que decidirán el miércoles si vuelven a la carga con la ley o convalidan el veto. Si se decantan por esto último, será difícil, no que puedan aspirar a nuevos cargos electivos, sino directamente que puedan caminar por la calle sin sentir el repudio popular.

El repudio nos lleva, sin escalas, al auditorio Sergio Karakachoff de la UNLP, donde los libertarios Alejandro Àlvarez, Agustín Romo y Santiago Santurio, tuvieron que suspender la actividad que tenían prevista y salir escoltados frente al enorme malestar que su presencia generaba entre los estudiantes.

La reacción popular, a diferencia de lo que predican muchos colegas (no entrar en las provocaciones), fue medida, proporcionada y muy saludable. Porque fajarlos en serio, liberar la bronca acumulada, hubiera sido un error político y les hubiera permitido victimizarse. Perodejarlos hacer lo suyo en nombre de la convivencia democrática que ellos mismos desprecian y detonan a diario es justamente la receta que les permitió llegar al gobierno nacional.

¿Igual se victimizan en redes? Poco importa. Humo para la gilada, para su propia tribuna. La lectura generalizada es otra:estos pibes se sobregiraron y la gente ya les hizo conocer los límites. Y, hay que decirlo, para el modo agresivo y violento con el que se comportan fue de una manera bastante amable. El uso de la fuerza fue mínimo, proporcionado y disuasivo.

Dos “detalles” cierran este reporte. Uno, que tal como fue advertido cientos de veces por la oposición, el oro de las reservas del BCRA enviado al exterior ya está en el radar de los buitres y acreedores internacionales. ¿Mala praxis o mala fe? Como sea, una vez más, un Caputo, en este caso Luis, en soledad, decide por el patrimonio de todos. También se supo que un fragmento del discurso de Milei ante la ONU fue literalmente copiado de la serie The West Wing. Tanto si Milei estaba en conocimiento o no de lo que decía, es un elemento más a incorporar al expediente de juicio político por insania que, más temprano que tarde, se le abrirá. En este caso, el patrimonio que rifan es el prestigio del país y el protagonista es otro Caputo. En este caso, Santiago

1 pensamiento sobre “Triste, solitario y… ¿final?

  1. Enrique Arriaga, genial como siempre. Tu nota me da unos gramos de esperanza. Pero necesitamos muchos más. Gracias y fuerza por lo que hacen

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *