17 de marzo de 2025

El huevo de la serpiente

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Daniel Gray

El desfile

Estamos en Alemania en 1931.  En un auto descapotable, tres amigos están paseando por la campiña alemana cerca de Berlín. Son Maximiliam Von Heune, aristócrata alemán; Sally Bowles, una estadounidense cantante del cabaret berlinés, y Brian Roberts, un joven inglés profesor de esa lengua. Maximilian va manejando mientras Sally le cuenta a Brian sus sueños de triunfo en el mundo del espectáculo y en la vida. Sally tiene una sonrisa luminosa, es joven, hermosa, alegre, expresiva, seductora. Brian es más formal y reservado, pero no puede evitar sentirse atraído por ella. Conversan y se ríen. Mientras avanzan en el camino ese mundo de palabras, risas y miradas cómplices se rompe cuando se encuentran con un pelotón de las SA (Sturmabteilung), la fuerza de choque del partido nazi, que pasa desfilando junto al auto. Marchan con disciplina militar, serios, arrogantes y en sus uniformes marrones se destaca el brazalete rojo con la cruz esvástica negra dentro de un círculo blanco. Es el símbolo del partido Nazi.

Sally parece ignorar la presencia de los nazis, como si nada pasara sigue en su mundo de fantasías.  Pero Brian se inquieta, se da cuenta del peligro que significan esos hombres y las ideas que defienden. La actitud de Maximilian es indiferente, como muchos de los integrantes de la aristocracia alemana que no vieron el peligro que el partido nazi representaba y toleraron o ignoraron el crecimiento del nazismo.

Esta escena antológica de Cabaret (1972) nos muestra lo cercana que estaba la barbarie nazi a la vida cotidiana, a las charlas tontas y seductoras de Sally, a la indiferencia arrogante de Maximilian, a la preocupación intelectual de Brian. Mientras paseaban en su auto descapotable a su lado desfilaba la catástrofe política, social y cultural que se estaba gestando en Alemania.

El discurso del líder

El 28 de septiembre el partido La Libertad Avanza realizó un acto en Parque Lezama para festejar su constitución como partido nacional. La consigna con la que se convocaba a las huestes libertarias era “Para terminar con la casta volvemos a Parque Lezama”.  Para Milei y sus seguidores “la casta” es sinónimo de “política” por lo tanto terminar con “la casta” es terminar con la política y por extensión con sus instituciones. Volver a Parque Lezama es una metáfora de la circularidad. Volver donde todo empezó para demostrarse a sí mismos, pero también al resto de la sociedad argentina, lo eficaces que son los libertarios en lograr sus objetivos.

Al acto asistieron la plana mayor de la dirigencia libertaria: Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, Sebastián Pareja, presidente de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Gabriel Bornoroni, jefe del bloque de LLA en la Cámara de Diputados. Manuel Adorni, vocero presidencial y secretario de Comunicación. Luis Caputo, ministro de Economía, y Guillermo Francos, jefe de Gabinete. El ministro de Defensa Luis Petri, y Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano.

El acto comenzó con el discurso de Karina Milei, hermana del líder y secretaria de la presidencia. Fue tan breve como inconsistente, pero sirvió para demostrar que ella es la segunda en la jerarquía del partido. Vestida de cuero negro, un fetiche que comparte con su hermano, afirmó con voluntad mística que el año pasado “Ocurrió el gran milagro. Ganamos la presidencia sin tener partido. Algo único en la historia» porque tenían “lo más importante, la palabra de Javier Milei y la gente con todas las ganas de cambiar esto para siempre.” Y como consecuencia de esto “Hoy nos toca gobernar en minoría contra la política que hace décadas que está organizada para tener todo a su favor. Porque ellos están en el congreso, están en los sindicatos, están en los movimientos sociales, están en los medios. Sí, están en todos lados. Y todos ellos están organizados con el mismo objetivo: hacer lo imposible para que gobierno no triunfe. Ellos van a aprovechar cada oportunidad para boicotear este gobierno. Porque viven de ello. Y si el país cambia y cada argentino trabaja libremente y prospera, ellos pierdan» Y aseguró: «No van contra Javier, van contra todos nosotros … Por eso nos necesita hoy más que nunca para difundir y defender las ideas de la libertad.” Finalmente concluyó “La noche del milagro argentino, como todos la llaman, abracé a mi hermano y ahí le prometí que íbamos a lograr tener el partido nacional propio para poder terminar con todos los privilegios y todas las extorsiones de la casta. Y hoy lo hicimos realidad. Hoy somos partido nacional. Y quiero que les quede bien claro una cosa: los hermanos Milei las promesas que se hacen se cumplen” (sic). En resumen: la política está en todas partes y es la culpable de todos los problemas argentinos. Milei es el ángel exterminador que viene a terminar con la política y ahora tienen el instrumento para lograr ese objetivo, el partido nacional. El gobierno nacional es propiedad de Milei y de su hermana y ellos cumplen sus promesas. La militancia libertaria debe obedecer al líder y defenderlo.

Luego llegó el discurso del líder de la campera de cuero negro. Fue un discurso de campaña, como si el tiempo no hubiera pasado y Milei no fuera presidente de todos los argentinos. Su discurso se inició con el mismo tono místico y heroico que usó su hermana:  «Hola almas libres, leones heroicos, leones que despertaron porque no quisieron ser sacrificados en el altar de la maldita justicia social» y continuó «Tanto para el jefe, mi hermana, como para todos nosotros es muy especial encontrarnos en Parque Lezama donde la gran gesta libertaria tomo lugar por primera vez». Lo que siguió fue un discurso plagado de desmesura, insultos, autoritarismo, demagogia y arrogancia autoindulgente. Sus víctimas propiciatorias fueron las señaladas por “el jefe”: el periodismo, los economistas y la oposición. Y los insultos fueron los de siempre: «casta periodística», «micrófonos ensobrados y/o cobardes», «econochantas», «sindigarcas», «degenerados fiscales», «kukardos»,  «parásitos de la política» y el espléndido “soretes”. Su capacidad para los neologismos está lejos de la de Burgess en La Naranja Mecánica, pero su violencia es similar. Como un Alex DeLarge desatado agitó a la masa libertaria, que con disciplinada sumisión al líder que los arengaba, respondía gritando “hijos de puta”. Una hermosa imagen digna de un 1984 degradado. Milei no tuvo dudas en mentir al anunciar: “quiero contarles algo a todos estos sensibleros hipócritas empobrecedores. La pobreza en el segundo trimestre del año fue del 51%, por lo tanto, ha empezado a caer en la Argentina” y de pasar a defender la dolarización a defender el peso: «Le mando un saludo a todos los econochantas modelo mandriles que predecían el dólar en $3000, en $5000, en $10.000, o que no tenía techo… Acá estamos nosotros para defender el peso».

Milei ilustró su paranoia al recordar los primeros actos de La Libertad Avanza y atacó a Larreta con un insulto similar al que había utilizado para el Papa Francisco. Pasó de “el maligno” a “el siniestro”. Para el líder libertario, a la hora de los insultos, tanto da un Papa como un intendente: “Después de haber lidiado y atravesado distintos obstáculos en adversidad y poder presentar nuestra alianza de LLA, no nos daban los permisos para hacer nuestro acto. Así armamos un acto en 36 horas.Ahí no solo las complicaciones que planteaba el Gobierno del siniestro que manejaba la ciudad, sino que además otra de las patas de la casta, la periodística, los micrófonos ensobrados, ese mismo día nos hicieron un apagón mediático para que no se viera lo que pasaba en Plaza Holanda”

Y por supuesto apareció el relato de la epopeya que le gusta protagonizar afirmándose en cifras imaginarias: “Al momento de asumir nos encontrábamos con lo que podría ser la peor crisis de la historia argentina, teníamos un desequilibrio monetario que era el doble a la previa del Rodrigazo, una situación que había multiplicado por seis la tasa de inflación” … “Ese gobierno de impresentables, que tanto quieren a los pobres, había dejado plantada una crisis con una inflación del 17.000%, que iba camino a dejar 95% de pobres”.

En el final de su discurso retomó las mismas ideas con la que había comenzado su hermana al hablar de la política/casta: “Está bien organizado porque juegan a su favor los periodistas, empresarios y sindicalistas que son corruptos”, sentenció. “Si queremos darles pelea tenemos que organizarnos, y por ello he encomendado a mi hermana, el verdadero jefe, que levante y lleve la antorcha de la libertad creando LLA en todo el país”.

La heroicidad del mensaje de Milei fue acompañada de los gritos aprobatorios de la masa fanática. Los insultos y agravios de todos los que no fueran libertarios fue la regla general y la mentira en las cifras su mejor argumento. Su hermana, a través del partido, va a prender fuego a todo el país con la llama libertaria y el líder va ser quien dirija todas las acciones: el topo que vino a destruir el estado nacional.

Y entonces llegaron los problemas

Primer acto. El 2 de octubre se realizó la segunda Marcha Universitaria Federal convocada por las gremiales universitarias y las federaciones de estudiantes para pedirle al congreso nacional que rechace el veto a la ley de presupuesto universitario que el presidente Milei había prometido realizar. Hubo manifestaciones multitudinarias en todo el país. En Córdoba se reunieron más de cien mil personas, y en Buenos Aires 270 mil y muchos medios internacionales publicaron la noticia. Pero cuando la marcha terminó otra noticia comenzó a circular. El militante libertario Mariano Pérez, que tiene un canal de youtube llamado Break Point en donde desarrolla la propaganda de la ideología mileista, había sido agredido. Cuando le hacía preguntas capciosas a Martín Lousteau alguien de su entorno lo empujó y lo sacó del lugar. Pérez y los militantes en redes difundieron la situación. Pérez había mutado de militante de lenguaje violento a un “comunicador” que había sido agredido por la intolerancia de los acompañantes de Lousteau y por manifestantes “kirchneristas” o “zurdos”.

Segundo acto. Al día siguiente del veto presidencial al presupuesto universitario, el 4 de octubre, los dirigentes libertarios Alejandro Álvarez, Subsecretario de Políticas Universitarias, Santiago Saturio, diputado nacional y Agustín Romo, diputado bonaerense fueron a la Universidad Nacional de La Plata para realizar una charla organizada por el “Encuentro provincial de universitarios de La Libertad Avanza”. La charla se iba a realizar en aula 105 del edificio Sergio Karakachof,  nombrado así en honor al abogado radical secuestrado, torturado y asesinado por un grupo de tareas en septiembre de 1976.

Los libertarios que insultan cotidianamente a los radicales, a los progresistas, y a los defensores de los derechos humanos y que hacen memes con falcons verdes y la dictadura eligieron hacer la charla en el edificio que lleva el nombre de un mártir de la dictadura. Una charla que iba a reivindicar el veto presidencial y las políticas gubernamentales contra la universidad.

Los libertarios se dieron cita en la esquina de las calles 7 y 48 y las organizaciones estudiantiles de la UNLP aguardaban en la puerta de ingreso principal del edificio en 48 entre 6 y 7. Si bien los libertarios lograron ingresar al Karakachoff entre gritos y empujones la charla no se pudo llevar adelante. Mientras las agrupaciones universitarias cantaban “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”, los libertarios respondían con “saquen al pingüino del cajón para que vean, que los pibes cambiaron de ideas, llevan las banderas de la libertad…”. Finalmente, los libertarios fueron expulsados del edificio a los empujones y entre gritos e insultos de ambas partes. El diputado nacionalSanturio recibió un piedrazo que le dejó una leve marca en su cabeza. Y los libertarios se refugiaron en un bar en la esquina de 7 y 48 y tuvieron que ser escoltados por la Policía. La charla finalmente se realizó en el edificio anexo de la Cámara de Diputados bonaerense, ubicado en calle 53 entre 8 y 9. Luego los libertarios emitieron un comunicado en donde dice: “Este es otro claro ejemplo de la violencia que la izquierda utilizar para intentar acallar las voces y opiniones disidentes con total intolerancia” y reclamaron “un repudio académico para no evidenciar complicidad”. Concluyeron con que “la universidad debería ser un espacio de diálogo y pluralidad y no un bastión de intolerancia de militantes eternizados en sus estudios”.

Cuando finalmente los militantes libertarios se reunieron para realizar la charla, Agustín Romo escribió en X: “Mudamos la charla de lugar. Ningun zurdito va a imperdirla porque La Libertad Avanza y no hay nada que puedan hacer para alterar el curso de los acontecimientos. El Diputado Santurio se comio un piedrazo en la cabeza y lo festejas. Y acá está. A no llorar despues. Abrazo” (sic)

El estilo amenazante y violento es el registro habitual de Romo y de los pelotones libertarios en las redes sociales. Y fue por esa militancia en redes que Romo fue premiado con la diputación y ahora es uno de los principales cabecillas de esta pandilla de barbarie mediática.

 Tercer acto. El 9 de octubre se realiza la votación en cámara de diputados para aprobar o rechazar el veto presidencial al presupuesto universitario. En las afueras del congreso se realiza una manifestación para protestar contra el veto. El militante libertario de redes conocido como Fran Fijap, Franciso Antúnez, vestido de traje y corbata, como Mariano Pérez, busca manifestantes para hacerles preguntas malintencionadas. La idea es que la persona entrevistada entre en contradicción y entonces subir ese material a las redes, burlarse y mostrarla como ejemplo de lo estúpidos que son los zurdos. Antúnez es descubierto como lo que es, un militante libertario, lo agreden y lo persiguen. Corre para escapar y logra esconderse en un local de venta de empanadas. Pero durante la persecución y la pelea se reconoce que hay personas que los estaban acompañando y tratando de cubrirlo. Lo defienden tirando gas pimienta a los perseguidores.

Antúnez logra salir del local resguardado por la policía y en las redes estallan los comentarios. Los libertarios que amenazaban con que “los zurdos iban a correr” terminan siendo los que corren. Cuando la información se difunde Romo tuitea: “200 contra 1 y cancherean. No solamente son cagones, también son unos hijos de puta.” (sic) y más tarde: “Frente a estas situaciones solamente se puede apretar el acelerador. Las advertencias fueron debidamente presentadas.”

En el día de ayer Milei fue a saludar a las chicas del local de empanadas donde Antúnez se refugió. Milei estaba rodeado de personal de seguridad y en la grabación se escucha que le gritan “hijo de puta”. A la tarde Antúnez es recibido por el presidente Milei como un héroe, un auténtico merecedor de la cruz de hierro al valor. El inefable Agustín Romo también fue invitado para la foto conmemorativa. Mientras tanto en Río Gallegos, Martín Menem es recibido con huevazos.

Argentinos paseando en un auto descapotable

Como los personajes de Cabaret muchos argentinos están paseando en un auto descapotable. Algunos están como Sally, viviendo en la fantasía de un maravilloso futuro. Otros como Maximilian, no quieren prestarle atención a la realidad social y política, hace como que nada pasa. Todo es demasiado ridículo como para ser verdad. Y un grupo cada vez más creciente son como Brian, están muy preocupados porque los “camisas pardas” de las redes, amenazantes, violentos, seguidores fanáticos de su líder recibieron la orden de ir a las calles, de llevar la batalla cultural al enfrentamiento personal, de provocar y de filmar la respuesta violenta de los ofendidos. El objetivo es mostrar que la izquierda, el peronismo, el kirchnerismo, los radicales, son violentos y deben ser eliminados. Difundir esas imágenes de conocidos militantes y funcionarios libertarios, siendo agredidos, perseguidos, y corriendo para escapar tiene la intención de despertar y agravar el espíritu revanchista en las tropas mileistas. Y, por otra parte, que aliente a los opositores a ser más violentos, cansados de ser insultados por el presidente y hasta por el último militante libertario de redes.

 El clima político argentino dejó de ser un paseo democrático, los pelotones están desfilando y el líder faccioso está dando gritos para alentarlos. Las universidades están tomadas por los estudiantes y los integrantes de la policía, al servicio del líder, están formados con sus escudos y sus palos y tienen el respaldo los camiones hidrantes. Todavía estamos a tiempo de detener la escalada de violencia política. Pero el tiempo corre y corre rápido.

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