El Partido Laborista vuelve al gobierno en Reino Unido, pero…¿quién ganó? (parte I)

Con el triunfo de Keir Starmer en las elecciones del 4 de julio los laboristas retornan al poder británico y dejan atrás 14 años de decadentes gobiernos conservadores. El desafío de Starmer es revertir la herencia recibida: decadencia económica, desempleo, falta de vivienda y la grave crisis del sistema de salud.
Por Daniel Gray
La noticia de que el Partido Laborista ganara las elecciones generales del jueves 4 de julio y consagrara a su líder, Keir Starmer, como futuro primer ministro no sorprendió a nadie. Era la confirmación de un triunfo anunciado. Lo que sorprendió y descolocó a la política europea, y sus consecuencias recién comienzan a vislumbrarse, fue la dimensión del triunfo y la aplastente derrota del Partido Conservador luego de 14 años en el poder.
Los conservadores llegaron a esta elección con una bancada mayoritaria 365 diputados que el resultado electoral redujo a escasos 121. Mientras que los laboristas pasaron de 202 diputados a una imponente mayoría de 412 diputados. El sistema electoral británico (el first past the post) hace que cada partido presente un candidato por distrito electoral y quien gana, aunque sea por un voto, se lleva la diputación.
Esto hace que cada territorio tenga una representación directa en la Cámara de los Comunes, pero también implica que los porcentajes generales no tengan relación con los porcentajes de diputados en la cámara. Así es que con esta elección han perdido su diputación muchos ministros del gobierno conservador, como Grant Shapps, el ministro de Defensa, o Alex Chalk, de Justicia. Por su parte, Rishi Sunak, el ahora exprimer ministro conservador, logró salvar su banca, pero no tuvo igual suerte su antecesora, la malograda Liz Truss. Es por este particular sistema electoral que el centrista Partido Liberal Democrático liderado por Ed Davey obtuvo 71 escaños con el 12 % de los votos mientras que el partido ultra derechista Reformar Reino Unido, de Nigel Farage, obtuvo un importante 14% de los votos (contra el 2% de la elección de 2019) pero solamente 5 diputados, incluyendo al propio Farage, quien finalmente logra ingresar a la Cámara de los Comunes.
Pero, sin dudas, el partido más derrotado en estas elecciones fue el independentismo escocés, el Partido Nacionalista Escocés, que pasó de 39 diputados a escasos 9 diputados y el 2,4 % de los votos.
El comienzo del fin
El conservador David Cameron ganó las elecciones de 2010 a través de una alianza con el Partido Liberal Democrático. Los conflictos con los estudiantes, por la suba de la matrícula universitaria y la presión del Partido Nacionalista Escocés lo llevaron a conceder un referéndum en 2014 para decidir la independencia de Escocia del Reino Unido.
Aunque el resultado fue de 55,3 por el NO frente 44,7 por el SI, la debilidad política de Cameron hizo crecer, dentro de su partido, a un sector cada vez más derechista y antieuropeo. Esto llevo a que, para mantener a este sector dentro de su partido y que no se fugara hacia el partido de derecha radical, populista y antieuropeo UKIP (Partido de la independencia del Reino Unido), prometiera otro referéndum, pero esta vez para votar si el Reino Unido debía permanecer o no dentro de la Unión Europea. Durante la campaña a favor del Brexit se destacó la figura de un político que había pertenecido al partido conservador y que en ese momento era dirigente del UKIP: Nigel Farage. Por su parte Boris Johnson, que había sido alcalde de Londres, adhiere a este sector antieuropeo pero sin dejar de pertenecer al Partido Conservador, logrando así las adhesiones de los sectores más reaccionarios del partido.
El referéndum se realizó el 23 de junio de 2016 y ganó la posición que el Reino Unido abandone la Unión Europea con el 51,9 de los votos. Cameron renunció como primer ministro el 13 de julio y fue reemplazado por Theresa May, quien había sido elegida por el congreso del Partido Conservador. Con esto comienza la sucesión de primeros ministros conservadores May (2016-2019), Johnsonn (2019-2022), Luz Truss (44 días de 2022) y Sunak (2022-2023) que fue acompañada de una lenta decadencia de la economía y de la cada vez mayor falta de esperanza en el pueblo británico.
Las fiestas y mentiras de Boris Johnson durante la pandemia, fueron sucedidas por el breve gobierno liberal libertario de Liz Truss, cuya “visión de una economía de alto crecimiento y bajos impuestos que aprovecharía las libertades del brexit» desató una conmoción económica y política que le eyectó del poder en 44 días. Y, finalmente la llegada Rishi Sunak, un millonario con más capital que la familia real, que prometía ordenar las cuentas del estado, detener la llegada de inmigración ilegal, reducir la inflación y hacer crecer una economía estancada por el Brexit, la pandemia y la crisis de energía por la guerra en Ucrania.
A esto hay que sumar que desde la pandemia el sistema de salud británico está en crisis. Las políticas de austeridad de los conservadores llevaron a que en 2023 solamente en Inglaterra, fallecieran unas 14.000 personas mientras esperaban a que un médico los atendiera en las salas de urgencias de sus hospitales. Las promesas de Sunak de mejorar el sistema de salud no fueron cumplidas, como ninguna de las otras. El sueño conservador de que la austeridad y el libre mercado haría crecer la economía y mejoraría la calidad de vida chocó contra la realidad en las elecciones del 4 de julio.
Para los conservadores el tema de la inmigración ilegal era central. En abril de 2022 Johnson llegó a un acuerdo con Ruanda para que los inmigrantes que llegaban a Reino Unido fueran enviados a ese país y si sus solicitudes de asilo eran aprobadas se podrían quedar. Para llevar adelante este acuerdo Reino Unido se gastó alrededor de 130 millones de libras y solamente lograron enviar dos personas a Ruanda. Si bien en 2023 se produjo un descenso de inmigrantes ilegales respecto de 2022, (29 mil en 2023 contra 46 mil en 2022) en 2024 se mantiene la tendencia.
En los dos últimos trimestres de 2023 Reino Unido se encontró en recesión técnica, en el primer trimestre de 2024 tuvo un leve crecimiento de 0,5% pero para abril ya estaba en 0%. Se logró descender la inflación pero este logro del Banco de Inglaterra no es adjudicable a la reducción del gasto público, que de hecho Samek tampoco realizó.