Trabajadores municipales marplatenses velan su salario cada sábado en el centro
En lo que va del año no tuvieron aumentos. La paritaria trabada y la falta de voluntad del intendente los obligan a innovar en las formas del reclamo.
En un contexto de creciente conflicto y protesta social por las políticas de ajuste y recesión que implementa el gobierno nacional, los reclamos se multiplican y el objetivo de darles visibilidad se vuelve cada vez más complejo.
Frente a esta realidad, que obliga a aplicar la creatividad, entre otros recursos, los trabajadores municipales de Mar del Plata, representados por el Sindicato de Trabajadores Municipales, que encabeza Antonio Gilardo, realizaron recientemente un velorio de su salario, precedido por un largo cortejo fúnebre, que atravesó las calles del centro de la ciudad.
Lo hicieron ya dos sábados consecutivos, vestidos de negro, portando ataúdes, coronas y cruces, posando para las cámaras de los teléfonos de los transeúntes, con la intención de viralizarse en redes sociales.
El conflicto con el intendente del Pro, Guillermo Montenegro, viene de larga data. A pesar de que, en el primer semestre del año, la inflación acumulada supera los sesenta puntos, los trabajadores aún no percibieron ningún aumento.
Hubo una reunión paritaria en la que no hubo acuerdo. Pocos días después, el intendente, por decreto, implementó un aumento de diez por ciento, a todas luces insuficiente, y no volvió a convocar a los gremios. En la actualidad, la mayoría de los salarios municipales están en la franja entre los 250 y 300 mil pesos, casi la mitad de la línea de pobreza.
El sindicato que conduce Gilardi recibió el apoyo de la Federación de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FESIMUBO), que conduce Rubén “Cholo” García, que se desplazó hasta Mar del Plata para acompañar las movilizaciones.
Hasta acá, la respuesta de Montenegro consistió en escalar el conflicto y cantar retruco. Su última gran idea consiste en declarar, por ordenanza municipal, la esencialidad de todos los trabajadores municipales, sin excepción, para limitar su derecho a huelga, violando la ley provincial que regula el empleo municipal, la 14656. La pregunta que flota en el aire de La (no tan) Feliz es cuántos velorios resiste la gestión local.
Otro recurso, cada vez más utilizado, son las flashmobs. El término, de origen inglés, significa multitud o movilización relámpago. Suelen incorporar elementos artísticos, como coreografías y performances, por lo que requieren un cierto grado de trabajo previo de ensayo y coordinación. Recientemente, los trabajadores de empresas públicas realizaron esta:
https://www.instagram.com/p/C8qE479t9aO/?locale=en_GB
La más emblemática y recordada en nuestro país fue realizada en 2020, en plena pandemia global de coronavirus. Entonces, los trabajadores aeronáuticos de Latam resistían al cierre de la empresa, que pretendía trasladarles las pérdidas, producto de aquella coyuntura. Se puede ver acá: