Ramiro Marra, estás eliminado

Por Eric A. Blair
El comunicado con el que La Libertad Avanza decidió expulsar a Ramiro Marra no deja dudas. Con un rigor autoritario digno de la tradición stalinista “el jefe” Karina Milei dio por terminada la carrera de Marra dentro de las filas libertarias. Finalmente le llegó el castigo por haber desobedecido la orden de entregar la presidencia del bloque de concejales libertarios de la ciudad de Buenos Aires. Marra dividió el bloque y creo uno propio. El motivo que se argumenta en el mensaje es una excusa (su voto a favor de la suba de impuestos). “El jefe” no acepta ninguna desobediencia: “Todos aquellos que no respeten la agenda del presidente serán expulsados. No importa quiénes sean”.
Marra se enteró de la expulsión del partido a través de un mensaje escueto, marcial e irreversible que LLA publicó en la red social X. Nunca se lo informaron personalmente. Es un signo de los tiempos libertarios. Pero también de la sociedad de consumo, del capitalismo de libre mercado que tanto apasiona al presidente y sus seguidores: usar y tirar.
Marra estuvo en los comienzos de La Libertad Avanza, cuando era apenas un grupito que soñaba hacerse un lugar en la política argentina y ocupar espacios de poder. De esa vieja guardia libertaria ya no queda nada. Los hermanos Milei han ido expulsando del ecosistema libertario a todos aquellos que podían reclamar derechos de origen. Aquellos que se podían plantar frente a Javier y recordarle que lo conocen desde los tiempos en que era solamente un panelista irreverente y payasesco de la televisión amarilla. Ese personaje que podía bailar con su novia Daniela, la bailantera, o, con los ojos vendados, romper una piñata con la forma del Banco Central. Aquellos que la conocen a Karina desde la época en que hacía tortas en su casa, tiraba las cartas del tarot o competía con su perro en los concursos televisivos de Guido Kaska.
Hay que dejar espacio para incorporar a los conversos. A los recién venidos que, ambiciosos y desesperados, buscan protección bajo la sombra del poder libertario. Y ellos tienen que entender que hay una única ley: obedecer ciegamente al líder. Repetir sus consignas, defenderlo de toda crítica, y saber que nada son sino meros instrumentos de la maquinaria política libertaria.
La Tragedia
Esta purga a cuenta gotas que está realizando Karina Milei, por orden de su hermano, es una vieja estrategia de los movimientos políticos totalitarios. Entre 1936 y 1938 Josef Stalin llevó adelante “las purgas”, “el gran terror”, en donde fueron eliminados sus enemigos políticos y consolidó su poder absoluto en el Partido Comunista de la Unión Soviética. El proceso incluyó juicios públicos, conocidos como los Juicios de Moscú, en los que altos funcionarios del partido, oficiales del Ejército Rojo e intelectuales fueron acusados de conspiración, sabotaje o traición. Muchos fueron ejecutados o enviados a campos de trabajo forzado (gulags). La represión también se extendió a ciudadanos comunes, incluyendo campesinos, obreros y minorías étnicas, a través de arrestos masivos y deportaciones. Los principales dirigentes eliminados fueron: Serguéi Kírov (1886-1934), es muy probable que su asesinato (1934) haya sido ordenado por Stalin. Si bien no forma parte de las purgas, su muerte marcó el inicio de la represión masiva. Kírov era un alto dirigente del Partido Comunista y líder en Leningrado. Grigori Zinóviev (1883-1936) y Lev Kámenev (1883-1936), ambos fueron antiguos dirigentes revolucionarios cercanos a Lenin y miembros del Politburó, pero tras la muerte de Lenin, se enfrentaron a Stalin. Fueron acusados de conspirar contra el Estado en el primer gran juicio (1936), fueron condenados y ejecutados. Con sus asesinatos Stalin demostró que no toleraría rivales políticos, incluso quienes habían sido figuras clave en la Revolución de 1917. Nikolái Bujarin (1888-1938), intelectual del Partido y exeditor del periódico Pravda, Bujarin había sido un líder influyente durante la década de 1920. Aunque apoyó inicialmente a Stalin, luego se le opuso. Fue acusado de formar parte de una conspiración antisoviética. Fue ejecutado en 1938 en el último gran juicio.
Estos juicios y ejecuciones no solo eliminaron a la vieja guardia revolucionaria, sino que consolidaron el poder absoluto de Stalin en la URSS.
La Farsa
Cuando Milei consolidó su poder dentro del movimiento libertario comenzó a eliminar posibles competidores. El primero de ellos fue Carlos Maslatón que propuso ingenuamente una elección interna para decidir la candidatura presidencial. La propuesta nunca fue tenida en cuenta y él mismo se alejó de LLA. Maslatón denunció que, entre octubre de 2020 y mayo de 2022, el 90% de los dirigentes fueron «explícita o implícitamente expulsados» por la dirección del movimiento. Carlos Kikuchi, quien había sido el encargado del primer armado del movimiento libertario, fue desplazado de su lugar directivo y expulsado del partido.
Un poco antes de asumir el gobierno Milei tomó distancia de los primeros youtubers de extrema derecha que lo habían defendido y promocionado de todas las formas posibles: El Presto (Eduardo Miguel Prestofilippo) y Danann (Manuel Jorge Gorostiaga) no volvieron a tener contacto con su antiguo amigo por el que tanto habían hecho.
Con Diego Giacomini había compartido la escritura de varios libros, y tenían una amistad que parecía indestructible. No fue así, con la llegada al poder de Milei se rompió la amistad y Giacomini pasó a ser crítico del gobierno y, por lo tanto, uno de los objetivos de las huestes virtuales libertarias. También los economistas Roque Fernández y Carlos Rodríguez, que habían participado de la planificación del programa económico fueron desplazados y nunca ocuparon ningún cargo en el gobierno.
La canciller Diana Mondino, luego de incontables errores, fue destituida y expulsada de cualquier zona de influencia. La vicepresidenta Villarruel, luego de un año de conflictos con el poder ejecutivo, es considerada enemiga del gobierno. La fidelísima y maquilladora oficial de Javier Milei, Lilia Lemoine tuvo la tarea de agredirla y acosarla en redes y en actos públicos. El legislador porteño Eugenio Casielles, uno de los fundadores de La Libertad Avanza, en noviembre de 2024 rompió con el partido y creó su propio espacio político, llamado “Transformación”. Para el concejal porteño: el oficialismo “está lleno de obsecuentes” y rechazó el lugar preponderante que tienen dirigentes “con ideas y prácticas del pasado” como Patricia Bullrich, Daniel Scioli, Federico Sturzenegger y Luis Caputo, dignos representantes de la “casta” que los libertarios venían a desterrar.
Y hoy oficializaron la renuncia a la Secretaría de Prensa del derechista fanático Eduardo Serenellini.
Sin honor
Mientras Berlín caía ante el Ejército Rojo, el Gruppenführer SS (equivalente a general de división) Hermann Fegelein, cuñado de Hitler y ayudante de Heinrich Himmler, trató de escapar del búnker de la Cancillería. Fue hallado en su departamento el 27 de abril de 1945, estaba vestido de civil, con grandes sumas de dinero en distintas monedas y un pasaporte falso. Se sospecha que planeaba huir, probablemente influenciado por la traición de Himmler, quien en esos días estaba intentando negociar la rendición con los Aliados occidentales a espaldas de Hitler. Cuando lo llevaron de vuelta al Führerbunker, Hitler ordenó su arresto inmediato. Fegelein fue sometido a un tribunal improvisado dentro del búnker, donde lo acusaron de deserción y traición. Existen varias versiones sobre su ejecución, en la película La Caída (Hirschbiegel, 2004) se lo muestra arrogante, temeroso, alcoholizado, pero frente al pelotón de fusilamiento intenta parecer leal y honorable. Se acomoda su uniforme, hace el saludo nazi y grita “Heil Hitler” al momento en que la metralla lo asesina.
Luego del anuncio de que había sido destituido, Ramiro Marra publicó un mensaje en la red X en la que declaraba fidelidad a su líder, Javier Milei: “VIVA LA LEALTAD. VIVA LA LIBERTAD CARAJO. Mañana hablamos.” Un día después en la misma red X publicó una filmación en donde se lo ve ojeroso y mal dormido, pero de impecable camisa blanca, traje y corbata azul. Con una voz que luchaba por no temblar reafirmó sus convicciones de subordinado: “Seguiré defendiendo las políticas de este Gobierno, seguiré defendiendo a nuestro presidente Javier Milei” … “Me sorprendió el tuit, igual que a todos. No había tenido ninguna notificación previa ni ninguna conversación. Ahora estoy acá para informar que voy a seguir defendiendo las políticas de este Gobierno porque estoy a favor del modelo económico, de la política de seguridad, de las desregulaciones, del posicionamiento internacional que está teniendo la Argentina. Porque se está haciendo historia. Fuera del cariño personal que le tengo al presidente Javier Milei. Con quien he logrado el mayor éxito de mi vida. Sacar al kirchnerismo del poder”.
Sin duda la lealtad, el cariño, o la historia compartida no son virtudes que se estimen en La Libertad Avanza. Como Fegelein frente al pelotón de fusilamiento, al despedirse intentó ser convincente al expresar sus ideales: “Yo estoy acá para seguir gritando: Viva la democracia, viva la lealtad y viva la libertad, carajo”. Tal vez la humillación sea considerada. Es la opción que tomó Ramiro Marra.