30 de abril de 2025

Del fly to quality al chicken fly

Dillom

¿Por qué festejan los libertarios locales el triunfo de Trump? ¿Cuánta cuerda les queda a los trolls? ¿Qué pasará en el congreso esta semana? Las respuestas, en el panorama de Enrique Arriaga

Apenas se conocieron los resultados de las elecciones estadounidenses, los hermanos Milei festejaron el triunfo de Donald Trump como propio. Es probable que así lo crean. Sin embargo, con el correr de las horas, la euforia inicial dio paso a cierta ansiedad, que gradualmente se fue convirtiendo en desesperación y, al fin, en decepción. La payasada de las corbatas rojas no hizo más que resaltar la ignorada demanda de atención del gobierno argentino.

A Milei no le sonó el teléfono. Su nombre no estuvo en la lista de (apenas) setenta presidentes de todo el mundo con los que el próximo huésped de la Casa Blanca departió amablemente. En política internacional, cansa repetirlo, cada gesto, cada detalle, cada palabra y, sobre todo, cada silencio y cada omisión, hablan. ¿Debe tomarse esta indiferencia como señal de lo que vendrá? Todo indica que sí.

Milei y Trump sólo comparten ciertas características personales, como la desmesura y la pulsión autoritaria, pero sus proyectos no podrían ser más antagónicos. Mientras, a contramano del mundo, Milei ensaya una apertura nostálgica de los noventa, Trump triunfó con un discurso antiglobalización.

Su propuesta parte de la promesa de traer de vuelta empresas y empleos de la economía real, que en las últimas décadas se deslocalizaron en busca de menores costos, para volver a convertir a EEUU en una potencia fabricante de bienes y servicios de valor agregado. Justo lo que necesitan sus votantes, para recuperar calidad de vida, y acercarse mínimamente al american dream de sus padres y abuelos.

Para ello, subirá los aranceles a la importación, lo que generará mayor inflación, que se estabilizará con un aumento de tasas de la Reserva Federal. Esto funcionará, como ya ha ocurrido reiteradas veces en el pasado, como un llamador para los capitales del mundo, que abandonarán posiciones en mercados emergentes, menos estables y, encima, menos rentables.

Con el famoso fly to quality, no sólo no vendrán los tan ansiados dólares que Milei espera mirando al cielo en modo Capusotto, sino que los que están emprenderán el camino de regreso más temprano que tarde.

Adicionalmente, la ola proteccionista del norte puede alentar reclamos en ese sentido de sus apoyos corporativos, que tal vez no se conformen con las actividades extractivistas garantizadas por el RIGI, o teman que una subida del dólar impacte negativamente en cualquier commodity. El siempre alerta Paolo Rocca ya empezó una campaña contra el acero chino. La pregunta inevitable, entonces, es qué carajo festejan.

Una hipótesis aceptable es que festejan porque viven en un universo paralelo, que sólo ocasionalmente choca con la realidad. Prueba de ello es el chicken fly, el episodio reciente en que el rapero Dillom expuso la cobardía del troll Juan Carlos Siber, alias La Pistarini.

Los hechos son ya de dominio público: Siber le tomó una foto a Dillom, la posteó en X con un comentario insultante, Dillom la vio, lo buscó, lo increpó y el violento digital se comió los mocos. Todo debidamente filmado, para que se viralice. Se llama karma.

No es la primera vez que un patotero digital a sueldo del gobierno la pasa mal en el mundo real. Por el contrario, estos hechos empiezan a repetirse cada vez con mayor frecuencia. Los episodios tienen consecuencias, en más de un sentido.

Cada límite que se pone a los violentos es un incentivo, un ejemplo que invita a la multiplicación del gesto. Las reacciones son leídas con preocupación entre los obreros del odio, que empiezan a renunciar, temerosos de ser los siguientes en la fila. Si de sopapos se trata, la opción libertaria sumó 5 puntos en las elecciones de la UNLP, que concluyeron el viernes pasado.

La que no parece escarmentar nunca es la actual senadora por la tercera sección electoral Florencia Arietto. Antes de escribir en qué fuerza milita, es necesario verificar si se produjeron cambios de último momento. Fue electa en 2023 por el Pro, pero pronto migró a LLA. Antes había sido kirchnerista y massista. El viernes, invitada en el programa de Luis Majul en LN+, amenazó públicamente al secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar. “Te vamo’ a cagar a palo’”.

Aguiar promete responder tanto en el plano judicial como en el político, porque, entiende, “estas cosas no se pueden naturalizar, reclaman un límite contundente. Ya vimos lo que pasó con los copitos”. Ojalá.

El límite contundente, el iceberg en el camino del libertario, puede aparecer el martes en el congreso. Allí, por reclamo de la oposición, habrá una sesión cuyo orden del día incluye el tratamiento de la nueva ley que reglamenta el DNU, para ponerle fin al abuso de esa figura, último y único recurso del actual gobierno, y para rechazar el decreto 846/2024, que permite al ejecutivo tomar deuda casi en cualquier condición, sin aval del legislativo.

¿Podría sobrevivir este gobierno sin vetos? ¿Y con control estricto del endeudamiento? ¿Cómo? ¿Tiene plan B si Trump en vez de regar Argentina de dólares los aspira? ¿Se gastó el truco de vomitar odio? ¿Se volvió una tarea de riesgo? ¿Su rendimiento es decreciente? Las respuestas se irán develando en los próximos meses.

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