Lali dignifica

La pequeña gran bestia pop
Juan Escobar
El nuevo tema de Lali, y su video, están causando sensación en el público y debate en las redes. “Fánático” se instala en el centro de la batalla cultural que el libertarismo propone al campo social y político. Juan Escobar escribe sobre esto con un estilo deudor de Macedonio Fernández y de los Monty Python.
Lali sacó tema nuevo. Sí, pero también García sacó un disco nuevo unos días antes. Entre los temas del disco de García hay uno que tiene como título “Juan represión”. Y su edición coincide, con una diferencia de días, con la movilización en la que unos uniformados disfrutaron de tirarle gas pimienta a una nena de diez años haciendo alarde de una perversidad sin límites. El detalle es que “Juan Represión” originalmente pertenece al disco Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, de Sui Generis. Un disco publicado y censurado en diciembre de 1974 (en uno de los momentos culminantes de la carrera criminal de José López Rega). No está de más escuchar la versión original y leer la letra antes de escuchar esta nueva versión de hoy, porque cualquier parecido con la realidad es puro García.
Pero el tema no era García, aunque García siempre es el tema. De lo que veníamos a escribir es que Lali sacó una nueva canción. Dicho así, en singular, no dice mucho. Todo tranquilo dentro de todo. Pero si lo ponemos en plural hay gente que se lo toma a mal. Nada de “nuevas canciones” entonces, porque la expresión es motivo de polémica. Y, si algo es para problemas mejor evitarlo; si hay fuego amigo mejor mirarlo desde lejos, a distancia.
También es cierto que siempre hubo gente así, particularmente en el peronismo. Como esos tangueros que sólo escuchan a Aníbal Troilo. Aunque no está nada mal escuchar aquella vieja orquesta, con su perfección formal, con esos cantores que más que cantores eran un instrumento más de la orquesta. Es algo hipnótico cuando se me da para escuchar, por ejemplo, “Romance de barrio”, el poema de Homero Manzi hecho vals por Pichuco y cantado por Floreal Ruiz, como nadie pudo nunca más después. Es sabido, qué importa del después.
Caramba, qué dispersos estamos. También en esto la tarea es reunir lo disperso. Y organizarlo. En esta dispersión terminamos diciendo y haciendo cualquier cosa. Porque el tema no es el tango ni la nostalgia, así como decíamos que tampoco el tema es García, aunque García siempre sea el tema. Y si siempre es el tema es porque nunca falta un tema de García que nos hable del momento en que vivimos, sea a nivel personal, a nivel colectivo, o a nivel metafísico. Porque “Están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal” y no importa cuándo leas o escuches cantar esto porque siempre tiene vigencia. Pero ahora, en estos días, viene especialmente a cuento. Esa actualidad del Genio, esa conexión con nuestro “inconsciente colectivo”, queda en evidencia en el reciente disco de Hilda Lizarazu, toda una deidad criolla (“la juzgo tan eterna como el agua y el aire”). El disco se llama Hilda canta Charly. Así de simple. Para qué más.
Temas, canciones… Cuando hablamos de música parece que vale lo mismo decir una cosa que otra. Pero no sucede así con la política. Posiblemente más que “nuevas canciones” lo que estén faltando son “nuevos temas”. Que vienen a ser los temas de siempre, pero abordados con una mirada actual, con los nuevos ojos de hoy sobre un paisaje donde es constante su franco deterioro. Pero mejor no hablemos de política, que el tema es Lali y su nuevo tema o canción.
Una canción no es un libro y “Fanático” no es El hombre mediocre, libro célebre que José Ingenieros dedicó a Roque Sáez Peña, quien por entonces era presidente de la Nación. También es cierto que el mediocre presidente actual no da para un libro, aunque ya se hayan publicado varios. Alcanza y sobra con una canción para que Lali lo despache, lo trate de onanista y se lo coma como a un pancho. El video de la canción está realizado en un depósito, entre tantas otras referencias de las que dan cuenta miles de aportes anónimos en las redes sociales. Tremendo revolcón en el territorio virtual donde se forjó la espuma del libertario y donde ya se ven cada vez más señales de su temprano declive. Lali, para colmo de males, se manda la Gran Shakira y lo usa de excusa para dar un ejemplo más de que “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”. Capitalismo que le dicen, donde la mejor respuesta a las agresiones de un idiota de esa calaña es que sirve para hacer plata, ya que estamos.
Nada de lo que digamos alcanzará para describir la dimensión del estallido que generó Lali, con su nueva canción. Por eso nos dimos el lujo de divagar un poco, de irnos por las ramas, para terminar enseguida y seguir comiendo el pochoclo del Schadenfreude que popularizó Lisa Simpson.
Una sola cosa y nada más. En el video también hay, no podía faltar, una sutil referencia a García. Qué más se puede pedir. Bueno, si es por pedir (aunque pedir no sea precisamente la palabra) no estaría de más pedir que cada día sea menos la gente que se caga de hambre en la Argentina. Pero no es algo que se pueda esperar meramente de una nueva canción o de infinitas nuevas canciones. Y no es tema para esta nota que no hizo otra cosa que irse de tema todo el tiempo y ni siquiera llega a dar la nota.
para Javier M. (el Hermano Corregidor)