SEGUNDA PARTE. Movimento das Forças Armadas
Por Gonzalo Armúa

Lisboa el 25 de abril de 1974
El MFA empieza a tomar forma en 1973 como un movimiento de jóvenes oficiales que habían estado luchando en la Guerra sucia que Lisboa tenía en sus territorios coloniales para aplacar los procesos de independencia y liberación nacional. Son estos soldados, capitanes y algunos generales que descontentos con la guerra hacia pueblos oprimidos
En estos últimos se da un proceso paradójico, al estar en contacto con esos pueblos que luchaban por liberarse, interrogando a prisioneros inquebrantables y empapándose de la propaganda revolucionaria de que se incautaban, algunos de aquellos jóvenes militares llegaron a una conclusión: Las guerras a las que los habían llevado carecían de sentido. Sus supuestos enemigos tenían más razón en su lucha por la independencia que ellos en la defensa del colonialismo.

Capitán Fernando José Salgueiro Maia
La conciencia revolucionaria fue sustituyendo a las tesis nacionalistas y conservadoras. La profesión militar había dejado de ser patrimonio de la aristocracia, y el grueso de los nuevos oficiales, procedentes en su mayor parte del pueblo llano, conservaba el recuerdo de la pobreza en los barrios obreros y el medio rural. No olvidaban cómo sus familiares y amigos se veían obligados a emigrar clandestinamente para sobrevivir. Portugal era una prisión que solo ofrecía a las generaciones jóvenes guerra, miseria, miedo y represión.
Ese 25 de abril de 1974 todo el régimen salazarista cayó en menos de 12 horas, en pocos meses más caería todo el régimen colonial portugués
“Territorios de ultramar”
El primer país europeo que se estableció en África fue Portugal, lo hizo durante la segunda mitad del siglo XV. Poco después de la conquista de las primeras regiones en Arguin, Cabo Verde y Santo Tome, Portugal comenzó la posesión de las dos zonas más importantes de su colonización africana: Mozambique y Angola. La primera era una gran región comercio con el mundo árabe y el resto de Asia, poseía un gran puerto y grandes recursos de oro y plata. Mozambique, también llamada África Oriental Portuguesa con sus grandes recursos y la gran cantidad de esclavos, la tornó un punto clave de la economía del Imperio Portugués. En la otra costa estaba Angola, también llamada África Occidental Portuguesa, donde se apoyaría de forma casi exclusiva en esa economía esclavista que le daría ese esplendor a la blanca metrópoli. También con el correr de los siglos descubrirían recursos auríferos y petrolíferos.

Colonias portuguesas africanas
A finales del siglo XIX se llevó a cabo el reparto de África en la Conferencia de Berlín y Portugal acudió como unas de las potencias europeas, pero ya no era “La potencia” de siglos atrás. Su atraso económico y militar con respecto a Gran Bretaña y Francia obligaron a los portugueses a quedarse con lo que ya tenían y exprimirlo con todas las fuerzas. Tras la Conferencia, Portugal contaba con las colonias donde más influencia tenía, Cabo Verde, Guinea Portuguesa, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Mozambique.
Ya para los años ‘60 la mayor parte de África había ganado su independencia, por la vía negociada o por la vía armada. Solo Portugal se negaba a aceptar esta realidad y pronto lo pagaría caro. Desde el ‘61 la guerrilla revolucionaria inicia sus acciones en la parte continental y para 1963 la guerra de Liberación en Cabo Verde y en Guinea Bissau ya es abierta. Bajo el liderazgo del mítico Amílcar Cabral, unos años atrás se había logrado unir a los revolucionarios separados por una estrecha franja de mar y así fundar el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC). Cabral sería asesinado demasiado pronto, pero su impronta se expandiría por todo África y por todo el “tercer mundo”.
El Movimento Popular de Libertação de Angola (MPLA) también inicia la lucha contra Portugal en 1961, no está solo en esa lucha. Otras fuerzas también querían la independencia, pero no necesariamente la revolución- o ta, vez la independencia de Portugal, pero no del imperialismo-. Esto llevo a la confrontación posteriormente del MPLA contra el UNITA y el FNLA en el turbulento año que va del ‘74 al ‘75 para ya luego convertirse en una guerra dentro de la guerra fría, con la CIA y los racistas sudafricanos de un lado, contra las fuerzas revolucionarias del MPLA con ayuda de Cuba y la URSS, del otro. En la otra costa africana, la guerra de guerrillas inicio en el norte de Mozambique a mediados de 1964 liderada por el FRELIMO, acrónimo popular para referirse al Frente de Libertação de Moçambique

Amílcar Cabral
Con los procesos de lucha en estos tres territorios, la suerte del imperialismo portugués ya estaba echada, solo el orgullo del régimen y su miopía política evitaban ver una realidad. No habría ejercito ni represión que pudiese frenar la independencia, más temprano o más tarde.
Los claveles no son importantes
Cuando las noticias del golpe llegaron al gobierno, se dieron órdenes a unidades para que salieran a sofocarlo, pero no hubo casi respuestas. A pesar de los insistentes llamados de los sublevados para que la gente no saliese de sus domicilios, el pueblo, desafiando todas las recomendaciones, se lanzó en masa a las calles de Lisboa. Las callejuelas y plazoletas se vieron invadidas por un gentío pacífico y alegre pero dispuesto a lo necesario en caso de que el régimen se resistiese. En esas horas que fueron desde la curiosidad a la algarabía, al parecer un manojo de claveles empezó a circular y las doñas floristas comenzaron a regalar flores a los soldados, como signo de apoyo. Algunos las colocaron en las solapas, pero otros taponaron con ellas las bocachas de los fusiles como muestra de su deseo de paz. En pocas horas se convirtieron en la imagen del día y de la historia, en el símbolo de una revolución que se hacía contra el oscurantismo, la guerra y la miseria.
A las seis menos cuarto de la tarde, el salazarismo cerraba su triste historia. Aquella misma madrugada los presos políticos fueron puestos en libertad y se abría así una etapa tan desconcertante como vertiginosa de la revolución. También de las menos contadas. Como todo proceso de cambio, distintas tendencias y sectores luchan dentro del frente victorioso para conducir el destino de ese país. El General Spínola inicialmente intentó generar un gobierno de concentración bajo la jefatura del jurista Adelino Palma Carlos y la incorporación de los líderes, recién llegados del exilio, del Partido Comunista, Álvaro Cunhal y del Partido Socialista, Mário Soares. Pero la experiencia duró cuatro meses, y ante un nuevo intento de golpe, el General abandonó el poder. Fue sustituido en la presidencia de la República por el también general Francisco da Costa Gomes, más afín a las ideas revolucionarias del MFA
Entre abril de 1974 y diciembre de 1975, en un clima permanente de inestabilidad, se sucedieron cinco gobiernos interinos, encabezados por el almirante Azevedo y el coronel Vasco Gonçalves. Este último, marxista confeso y vinculado al Partido Comunista, desarrollaría durante dos años un sistema colectivista y cosecharía excelentes relaciones con la URSS. En una entrevista realizada varios años después, el general del pueblo sacaría sus conclusiones: “Fue la irrupción torrencial de las masas, tomando las calles, en la jornada del 25 de abril, que abrió las puertas a la alianza Pueblo-MFA, imprimiendo al proceso un rumbo no previsto.” Este militar revolucionario, luego barrido bajo la alfombra por los moderados, fue condecorado por Fidel Castro en Cuba con la Orden de José Martí.

General Vasco Gonçalves
Portugal reconoció la independencia de Angola el 11 de noviembre de 1975, por medio del Tratado de Alvor. La guerra en Mozambique terminó con un alto el fuego el 8 de septiembre de 1974, del que resultó una independencia negociada en 1975 tras los acuerdos de Lusaka. Luego de un gobierno de transición, en 1975 se proclamó la independencia en Cabo verde y Guinea Bissau: un mismo partido –el PAIGC– pasó a gobernar en los dos países. Lo imposible se tornaba posible, la revolución africana había llegado hasta la metrópoli y había cambiado a los otrora opresores en ahora revolucionarios. Esta etapa de mayor radicalidad y transformaciones profundas se cerraría a finales de 1975, cuando un nuevo golpe de Estado, acaudillado por sectores moderados del Ejército con apoyo de socialistas y socialdemócratas, propició la consolidación de la democracia parlamentaria, tal como deseaba EEUU e Inglaterra, quienes veían con preocupación las derivaciones de una revolución comunista en el bloque occidental.
Ese 25 de abril de 1974, se caía un régimen colonial y fascista, una revolución que había iniciado a miles de kilómetros en ese continente oprimido, ahora llegaba hacia el centro con toda la fuerza de los pueblos que se levantan y luchan por su libertad. Esos soldados, esos capitanes y generales portugueses habían aprendido una lección. “ningún pueblo puede ser libre si oprime a otro pueblo”, y esos hijos de obreros y campesinos cambiaron los fusiles para apuntar a los opresores. Ese 24 de abril lo importante no fueron los claveles, fue esa unidad pueblo- ejército para la liberación de Portugal y de los pueblos de África