9 de febrero de 2025

Cuatro Poemas de Astrid Romero

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Los fines de semana Narrativa Política se toma un descanso para ocuparse de la literatura y el arte. Para eso nos proponemos que la poesía, la pintura, la música y la prosa desplacen a las noticias, la política y su análisis. Un espacio para que la creatividad artística haga su tarea de darnos más y mejores instrumentos para pensar y comprender la realidad que vivimos día a día.

Astrid Romero nació en Rosario en 1975. Reside en San Carlos de Bariloche. Es maestra y Licenciada en Letras. En 2004 recibió una mención por su microrrelato Con marco de bronce, otorgado por la Universidad de Alicante y en 2016 una mención de publicación de la Biblioteca Popular del Paraná por su cuento La trampa. En 2021 ganó el tercer premio del concurso literario de la Universidad Nacional de Río Negro por su cuento La cacería.Es docente del IFDC Bariloche en el área de Lengua y Literatura del Profesorado en Educación Primaria desde 2015.Estos poemas pertenecen a su primer libro de poemas Cinética del Aire, de la editorial Las Guachas.

Epicedio

La gente se muere los martes y miércoles

se muere sin explicaciones

impúdicamente

así nomás

se mueren

dejan deudos desordenados

sin consideración

se mueren

sin aviso

ni tiempo

para organizar la tristeza

en momentos inconvenientes

a contramano de todas las reglas de urbanidad.

Será por eso que miramos de reojo a esos muertos

lloramos acaso de envidia

por tanto desparpajo

tanto cagarse en todo y morirse así

un martes o un miércoles cualquiera.

Antes de dormir

Acompañé a dormir al hijo

besé en la frente a la hija

dije buenas noches

me fui a la cama sin tu cuerpo

respirando junto al mío

te escribí para hacerte volver

para que algo pasara

hermoso y pausado y cerca

sobre todo cerca

me dormí y te soñé

un sueño de piernas

de manos de lenguas mezcladas

tan palpable como si estuvieras

como si la poesía o el sueño

fueran capaces de tanta materialidad.

El mar

Quise

pero la espuma la sal la arena

los gritos incandescentes de los loros

en las cuevas horadadas por el agua.

El mar el viento, el olor las algas

la quietud fantasmagórica de los cangrejos camuflados en las rocas

el cuerpecito del hijo acompasado en la liquidez ondulada de las olas.

No pude

la marea se tragó mis huellascuando me fui.

Secreto

Arde

en las profundidades de la lengua

un animal anónimo

imposible de pronunciar.

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