Cuatro Poemas de Astrid Romero

Los fines de semana Narrativa Política se toma un descanso para ocuparse de la literatura y el arte. Para eso nos proponemos que la poesía, la pintura, la música y la prosa desplacen a las noticias, la política y su análisis. Un espacio para que la creatividad artística haga su tarea de darnos más y mejores instrumentos para pensar y comprender la realidad que vivimos día a día.
Astrid Romero nació en Rosario en 1975. Reside en San Carlos de Bariloche. Es maestra y Licenciada en Letras. En 2004 recibió una mención por su microrrelato Con marco de bronce, otorgado por la Universidad de Alicante y en 2016 una mención de publicación de la Biblioteca Popular del Paraná por su cuento La trampa. En 2021 ganó el tercer premio del concurso literario de la Universidad Nacional de Río Negro por su cuento La cacería.Es docente del IFDC Bariloche en el área de Lengua y Literatura del Profesorado en Educación Primaria desde 2015.Estos poemas pertenecen a su primer libro de poemas Cinética del Aire, de la editorial Las Guachas.
Epicedio
La gente se muere los martes y miércoles
se muere sin explicaciones
impúdicamente
así nomás
se mueren
dejan deudos desordenados
sin consideración
se mueren
sin aviso
ni tiempo
para organizar la tristeza
en momentos inconvenientes
a contramano de todas las reglas de urbanidad.
Será por eso que miramos de reojo a esos muertos
lloramos acaso de envidia
por tanto desparpajo
tanto cagarse en todo y morirse así
un martes o un miércoles cualquiera.
Antes de dormir
Acompañé a dormir al hijo
besé en la frente a la hija
dije buenas noches
me fui a la cama sin tu cuerpo
respirando junto al mío
te escribí para hacerte volver
para que algo pasara
hermoso y pausado y cerca
sobre todo cerca
me dormí y te soñé
un sueño de piernas
de manos de lenguas mezcladas
tan palpable como si estuvieras
como si la poesía o el sueño
fueran capaces de tanta materialidad.
El mar
Quise
pero la espuma la sal la arena
los gritos incandescentes de los loros
en las cuevas horadadas por el agua.
El mar el viento, el olor las algas
la quietud fantasmagórica de los cangrejos camuflados en las rocas
el cuerpecito del hijo acompasado en la liquidez ondulada de las olas.
No pude
la marea se tragó mis huellascuando me fui.
Secreto
Arde
en las profundidades de la lengua
un animal anónimo
imposible de pronunciar.